A ver, no estamos hablando de “manifestar dinero” mientras ves un video motivacional. Hablamos de si realmente tienes probabilidad de ser rica. Esa que no solo sueña, sino que actúa. Respóndelas con brutal honestidad, porque si algo incomoda, ahí está la respuesta.
1. ¿Tomas decisiones con miedo o con visión?
La gente común actúa para sobrevivir. La gente rica actúa para expandirse. Si todo lo que haces parte del miedo (“¿y si no sale?”, “¿y si pierdo?”), ya perdiste. Los que ganan no tienen menos miedo, solo se mueven a pesar de él.
Tip EsLaModa: si te da pánico pero también emoción, hazlo. Esa mezcla es la brújula del crecimiento.
2. ¿Te da pena cobrar lo que vales?
Si te tiemblan las manos cuando dices tu precio, hay trabajo que hacer. La riqueza no llega a quien se rebaja por ansiedad, sino a quien entiende que su talento no se negocia. Mantra: no estás cara, estás capacitada.
3. ¿Tu círculo habla de sueños o de excusas?
Si tus conversaciones se resumen en “está difícil” o “nadie tiene dinero”, sal de ahí. La energía de pobreza es contagiosa. Rodéate de quienes hablan de proyectos, inversiones, ideas, viajes, crecimiento. Reality check: no te vuelves rica pensando diferente; te vuelves rica rodeándote de diferente.
4. ¿Sabes en qué entra y sale tu dinero?
No hay abundancia sin control. Si no sabes cuánto gastas, el universo no sabe qué mandarte. La riqueza ama la claridad. Dato real: la gente rica anota todo. La gente que “no puede ahorrar” siempre dice “me da flojera”.
5. ¿Crees que te lo mereces o que te lo tienes que ganar?
La diferencia entre las que logran riqueza y las que no es la creencia base. Las que sienten que deben “probar su valor” siempre están corriendo detrás del dinero. Las que saben que ya lo valen, hacen que el dinero las siga a ellas.
No es el dinero.
Es tu energía, tus hábitos, tu entorno y tu capacidad de sostener lo que pides.
Si puedes responder estas cinco preguntas con verdad, ya estás más cerca de tu versión rica —no solo de cartera, también de mente.