Lo sé… pedir abundancia cuando apenas tienes para el café suena a chiste de mal gusto. Pero justo por eso, es urgente cambiar el chip. Porque si tú no crees que mereces más, ni el universo te pela. ¿Quieres señales? Aquí están. ¿Quieres cambios? También. Pero vas a tener que mover el trasero (energéticamente hablando).
1. Bórrate la pobreza del vocabulario
Si todo el día dices “estoy en quiebra”, “soy pobre”, “no me alcanza”, le estás haciendo el trabajo fácil a la escasez. Cámbialo por: “Estoy en transición a una etapa próspera”, o “Todo lo que invierto regresa multiplicado”. Suena mamad*r… pero más mamad*r es vivir limitado por tus creencias.
2. Limpieza energética de billetera
Vacía tu cartera. Quita tickets viejos, papeles arrugados, tarjetas que ni usas. Pon solo lo necesario y un billete doblado bonito como símbolo de abundancia. Hazle espacio físico al dinero para que llegue. ¿O quieres que entre a vivir a un basurero?
3. Agradecimiento sin cursilería
Antes de dormir, haz una lista mental (o escrita) de TODO lo que sí tienes: una cama, una idea, una meta, una comida rica. La gratitud no es conformismo, es la vibración más alta para manifestar más. Si odias todo, el universo piensa que no quieres más de nada.
4. No acumules por miedo
Si guardas ropa rota, tazas sin asa o el shampoo vacío “por si acaso”, estás vibrando carencia. Suelta. Regala. Tira. Haz espacio. ¿Quieres cosas nuevas? Demuéstrale al universo que hay lugar para ellas.
5. Usa lo bonito: HOY
El perfume carísimo que “guardas para una ocasión especial”, el vestido que no te pones “porque ajá, para qué si solo vas al OXXO”… ¡Úsalo! Vístete como si la abundancia ya te hubiera llegado. Porque si sigues actuando como que no lo mereces, nunca te va a buscar.
6. El vaso con agua y la hoja
Escribe en una hoja lo que quieres manifestar: “Quiero clientes diarios, dinero constante, tranquilidad y salud”. Enróllala, ponla debajo de un vaso con agua. Carga el agua con tu intención. Tómala al día siguiente o tírala si sientes que ya soltaste lo que pediste. Suena raro, pero sirve más que llorarle al SAT.
7. Afirma como si ya pasó
Nada de “quiero tener dinero”. Dilo como si YA es real: “Tengo ingresos constantes”, “Soy próspera”, “El dinero me busca”. Hazlo frente al espejo, mientras te maquillas, mientras lavas trastes. Donde sea. Pero hazlo. Tu mente obedece lo que escucha. Y si lo repites, lo cree.
Y recuerda… La abundancia no empieza cuando llega el dinero. Empieza cuando te das cuenta que no naciste para sobrevivir con sobras, ni con excusas, ni con miedo. Pide. Actúa. Y confía.