Los vestidos strapless son un must para el cuerpo femenino, no hay duda. Son una encantadora prenda que hace resaltar el maravilloso cuerpo femenino y por supuesto sirve para llamar la atención de una manera positiva de todos los que te rodean.
El único problema es cuando por más que te gustan, tienes la desventaja de estar más plana que una tabla (como yo). Y no es precisamente porque no debas ponértelo, el problema está que al no tener un cuerpo con el que se pueda sostener el vestido, siempre tienes que ajustarlo cada 2 minutos para evitar accidentes o hacer el ridículo sin querer.
Sé que hay trucos para que se ajusten mejor a tu cuerpo y que también depende mucho del corte o tela del mismo, pero de una u otra manera, la mejor opción siempre es tener un cuerpo con curvas que te ayude a lidiar con él.
En fin… yo seguiré soñando con despertar un día y tener un cuerpo de diosa para poderlos usar sin andar preocupándome tanto.
Si tienes el cuerpo, por favor no desperdicies la oportunidad de usar uno de este estilo.
Classy.
Le va bellísimo con su tono de piel.
Lo mejor de los vestidos con este corte, es que puedes usar gargantillas grandes en tu cuello, sin verte exagerada.
Si yo me pusiera uno como este, no les quiero contar lo que sucedería ¡Jaja!
Me dan ganas de agarrarlo a mordidas.
El chico con el que me case, tendrá que aceptar que me vista así el día de la boda ¡sí o sí!
Un vestido alucinante de Herve Leger que aunque tuviera los pechos, no tendría 1,700 dólares para comprarlo. Si tú los tienes, cómpralo y me lo prestas, ¿sí?
Cualquier chico enloquecería si te viera vestida así.
Elegancia y sensualidad. Son las dos mejores palabras para describir este vestido.
El mejor color para un día soleado.
Un encanto.
Cute al 100%.