Cuando te invitan a salir el fin de semana, te preocupas en encontrar el outfit perfecto , makeup y peinado ¡Pero nunca piensas en el permiso! Obvio no te vas a salir a escondidas, pero nunca te detienes a pensar en qué decir o hacer para que te den permiso de salir y llegar tarde.
Yo también tuve padres estrictos, pero siempre hay formas de dialogar, refutar sus argumentos o hasta hacerles la barba para que cambien de opinión. Los siguientes tips no garantizan que tus papás cambien de parecer, pero no pierdes nada con intentarlos y lo más seguro es que te lleves una agradable sorpresa.
Piensa tus argumentos desde su perspectiva
En clase de debate te enseñan este truco básico. Suena difícil, pero tus padres también fueron jóvenes y obvio hicieron, vieron o escucharon miles de locuras. Pero enfoca tu argumento en lo que ellos lo vivieron y de que no deben negarte esas experiencias.
Pide permiso con la ayuda de un buen amigo
Te puede ser útil que a la hora de pedir permiso se encuentre algún amigo o amiga (al que ellos le tengan confianza). El/ella puede argumentar que van, se cuidarán y regresarán juntos, porque a veces los padres no nos creen ¡Pero ojo! Nunca digan mentiras porque nunca volverán a confiar en tu bff.
Nunca los compares con los padres de tus amigos
Hacerse la víctima y decir “pero a mi amiga siempre la dejar salir” nunca va a servir. Sólo te hará ver como una bebé llorona. Cambia ese argumento y cámbialo por uno en el que expliques que todos tus amigos estarán ahí, que quieres ser parte de la experiencia y que te lastimaría no ir. También enfatiza qué tan buenos son tus amigos
Recuérdales lo buena que has sido
Argumentar con lo bien que te has portado en el pasado puede ayudar a tranquilizarlos y hacerlos más considerados con tus permisos ¿Siempre llegas a la hora que te dicen? ¿Nunca les mientes? ¿Siempre te regresan a salvo? Piensa en los momentos en los que demostraste independencia y todo salió bien.
Evita elevar la voz
Puede que a la hora del permiso las cosas se calienten pero gritar nunca resuelve nada. Esto incluye pucheros, patalear o tirar algo. De hecho, esto puede ser contraproducente. Intenta tener una conversación sensata y relajada para demostrar un poco de madurez ante tus padres.
Elije el lugar y momento adecuado
Algunas trabajamos mejor bajo presión y dejamos el permiso para el final, pero de algún modo esto es algo bueno. No pidas permiso rápidamente. Primero debes organizar tus ideas, buscar el lugar y el momento adecuado para pedirlo. Como después de sacarte un diez o en una cena agradable.
Haz algo lindo por ellos antes
Puedes hacer algunas labores domésticas, lavar el coche, recoger tu cuarto o terminar toda tu tarea. Primero, porque así no tendrán argumentos para retenerte esa noche. Y segundo, porque con tu esfuerzo verán lo mucho que deseas salir esa noche. Sólo no uses esos favores como chantaje.
Resume tus argumentos
Muchas veces pensamos que si decimos lo suficiente haremos que nuestros padres cambien de opinión. La verdad es que no, para nada. Decir tus puntos repetidamente les quitará valor. Mantén tus frases breves. Si tus padres no están siendo receptivos, diles que les das espacio para que lo platiquen, y después vuelve ya que lo hayan pensado.
Diles lo buena chica que eres
Recuerda que tus padres te ven como un bebé, que te quieren a salvo, que saben todo sobre ti y que es imposible ocultarles algo. Usa estos argumentos a tu favor y hazles hincapié en que no tomas mucho, no usas sustancias ilegales ni sales con cientos de chicos.
Pídeles permiso cuando estés arreglada
**Este tip no siempre funciona**. En un mundo perfecto, lo ideal sería pedir permiso primero y después confirmarles a tus amigos. Si tus papás te ven vestida y alborotada es casi seguro que dejarán salir, de malas, pero dirán que sí. El chantaje no es bueno, pero podrías fingir que olvidaste pedir permiso o que creíste que ya les habías comentado.