Cuando digo que tengo miedo de amarte es porque me invade el miedo de perderte. He amado y he perdido. He llorado lágrimas de sangre. Tengo miedo de que me lastimes de nuevo, y también tengo miedo de lastimarte. He sido víctima y victimario y en ambas ocasiones he sufrido. Tengo miles de defectos. Soy necia, arrebatada e impulsiva. Lloro fácilmente, y siempre digo lo que pienso. Y es por esto que estoy aquí, frente a ti, con mi alma al descubierto. Sí, tengo miedo, y me siento vulnerable, pero el miedo no me detiene.
Te amo porque así lo he decidido. Porque el que no arriesga no gana. Porque estoy dispuesta a darlo todo. Porque quiero que seas feliz. Te amo porque se me da la gana de amarte. Te amo por ser tú, con todo y tus miedos, tus arranques de ira y tus celos. Te amo aunque a veces mientes, aunque a veces me ofendes. Yo también he mentido, y yo también he ofendido. Te amo porque eres mucho más que tus defectos. Porque hemos desnudado nuestras almas y nos hemos aceptado tal cual somos.
Te amo porque te mostré mis heridas y las besaste. Te amo porque no importa cuántas veces te caigas siempre tienes la voluntad de levantarte. Te amo a pesar de que huyes cuando tienes miedo, porque siempre regresas. Yo también he huído, y yo también he regresado. Te amo porque cuando voy detrás tuyo siempre me abres la puerta. Te amo porque cuando quiero desistir me recuerdas quién soy, quién eres y quiénes somos.
Te amo porque eres imperfecto. No por ser el mejor, ni el más guapo, ni el más exitoso. Te amo porque te elijo todos los días, cada hora, cada minuto, cada segundo. Te amo libremente porque no me da miedo confrontarte, porque no me da miedo aceptar que me fallaste. Te amo porque tú también me confrontas y me invitas a cuestionarme. Te amo por decisión, no porque te necesito. No por lo que me das, sino por la manera en que me recibes, incluso cuando te resistes. Te amo libremente, porque sé lo mucho que valgo. Te amo porque me amo a mí misma, porque no espero que tú llenes un vacío.
Sí, tengo miedo de amarte y tengo miedo de perderte. Y porque te amo, te dejo en libertad. Porque soy dueña de mí misma y porque asumo mi responsabilidad como tal. Yo no soy quién para decirte qué hacer. Yo no soy quién para apropiarme de ti. Eres libre de elegirme o dejarme. Eres libre de amarme o no amarme. Me duele, sí, y también me asusta, pero ¿qué sentido tendría el amor si no fuese una decisión libre?
Te amo aunque me digan que está mal. Porque amar es dar, y dar nunca está mal. Te amo a pesar de que sobra gente a la que no le parece, gente a la que le incomoda.
Te amo porque yo sé lo valioso que eres, porque sé que lo mereces, aunque a veces lo olvides.
Autor: Daniela Castro
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