Hacerse un tatuaje es una experiencia que llevarás marcada en tu piel durante el resto de tu vida, y aunque he leído muchos artículos de por qué es lo mejor que puedas hacer, el día de hoy daré un punto de vista diferente según mi experiencia.
No te quiero espantar, pero es bueno que leas una opinión diferente.
Aquí mis razones por las que me arrepiento de haberme tatuado hace dos años:
El tatuador estaba desvelado y de malas (creo).
No dudo que la persona que me hizo el tatuaje no haya sido tatuador “profesional” y no puedo negar que hace trabajos increíbles, pero al parecer se había ido de fiesta un día antes, llevaba muchas horas trabajando durante ese día, tenía hambre y sueño. Así que creo que lo único que quería era terminar mi tatuaje para irse a su casa,. Obviamente esto te provoca una mala experiencia.
El dolor es indescriptible.
Así es, hay personas que no tenemos un alto umbral al dolor y eso provoca que durante la sesión te puedas desmayar o incluso vomitar. Obviamente hay zonas en donde duele más que otras, yo me tatué en la zona de la columna vertebral y vaya que fue un error.
La cicatrización no es algo agradable.
Después de que un aparato estuvo picándote y llenándote la piel de tinta, es lógico que deberás tener muchos cuidados para que la herida no se infecte. Esto es importantísimo, ya que si llega a infectarse el diseño no va a quedar como imaginaste. A mí no me sucedió, pero la comezón que te da durante la primer semana es horrible.
Te aburres de verlo.
De hecho hay veces que me gustaría ver mi piel “limpia” sin un dibujo que me hizo un total desconocido.
Es cierto, no cualquiera te da trabajo.
Dependiendo de tu carrera o tu profesión, a veces es molesto decir que tienes un tatuaje, ya que aunque no tiene nada de malo, muchos tienen prejuicios sobre esto. De hecho si estás buscando un trabajo importante y formal, es posible que te rechacen.
No me dejaron donar sangre.
Durante ese año mi hermana estuvo internada en el hospital unos días y era necesario donar sangre, pero las enfermeras del hospital no me lo permitieron.
El motivo y la emoción por el que me lo hice, ya pasó de moda.
Yo me tatué una frase de una canción de The Beatles, ya que en ese tiempo estaba traumada con ellos, pero la verdad es que en la actualidad ni siquiera los escucho y mi euforia por ellos ya pasó.
Tener que dar explicaciones es cansado.
Al principio todo el mundo te pregunta, ¿Dónde?, ¿Por qué?, ¿Cuánto te costó? Y tú emocionada respondes. Pero después de más de dos años, te dan ganas de golpearlos cada vez que alguien te lo pregunta.
Va perdiendo el color.
El color del tatuaje se hace opaco con el tiempo, es por eso que siempre debes humectarlo, ponerle bloqueador, blanqueador, etc. Lo más recomendable es que le des un retoque cada cierto tiempo, pero la verdad es que yo no pienso pasar de nuevo por tanto dolor sólo para que sea brillante de nuevo.
