Pasos para transformar un pensamiento obsesivo

Los pensamientos obsesivos son más comunes de lo que crees. Todos llegamos a tenerlos en nuestro día a día, lo que varia es la frecuencia y la intensidad de estos pensamientos. Pues cuando no son muy frecuentes y son poco intensos, lidiar con ellos o hacer que desaparezcan es tarea sencilla y ni nos damos cuenta de que hemos hecho ahí un proceso. Pero cuando estos son constantes e intensos, pueden provocar trastornos emocionales y mentales que requieren atención de un profesional.

Si te has dado cuenta que tienes este tipo de pensamientos, puedes empezar a ayudarte a ti misma aplicando unos simples pasos que pueden ayudarte mucho. Pero no olvides que buscar ayuda es la mejor de las soluciones.

Date cuenta

  • A través de la presencia en el aquí y el ahora es que el cuerpo te avisa que estás cayendo en un pensamiento obsesivo.
  • Es común no estar consciente que nuestra mente ya entró en modo rumiación.
  • Respira para entender lo que tu cuerpo quiere decirte, es la clave.

Extrae el significado del pensamiento

Una vez que ya te diste cuenta que estás cayendo en un pensamiento obsesivo puedes usar el método de Byron Katie de 4 preguntas súper poderosas:

  • ¿Es real este pensamiento?
  • ¿Cómo sabes que es real?
  • ¿Cómo reaccionas/actúas cuando piensas que es real?
  • ¿Quién serías si no tuvieras ese pensamiento?

Enfócate en otro pensamiento

En donde pones tu atención, pones tu energía y crece. Una vez que ya te diste cuenta que estás sumergida en un pensamiento obsesivo, y ya te hiciste las preguntas anteriores, notarás que un poco de calma se ha instaurado en ti y que lograste salir un poco de ese pensamiento. Ahora toca enfocar tu atención y energía en otro positivo, puedes repetirte frases que te ayude a suavizar la tensión. Integra el pensamiento obsesivo pero velo suavizando con otro que te ayude a salir por completo de él.

Se compasiva con el proceso

Hacerlo es como cuando estabas aprendiendo algo nuevo. Date permiso de regresar a él, agradécele y vuélvete a enfocar en el que quieres tener. Háblate con cariño y paciencia.