No estudié la universidad y no, no vivo debajo de un puente

no me estoy muriendo de hambre. De hecho, este año abrí mi propia empresa con mi mejor amigo. Y no, no vendemos gelatinas ni le rezamos al “sueño guajiro”. Trabajamos, aprendemos, nos equivocamos, y seguimos dándole.

Pero qué curioso, ¿no? Mucha gente sigue creyendo que si no estudiaste la universidad, automáticamente eres flojo, sin futuro, sin ambición, sin cerebro. Como si el título fuera el código de barras del éxito. Pues no. No estudié, pero no soy  1nútil. Solo tomé un camino distinto.

¿Entonces estás en contra de la universidad?

No. Cada quien su viaje. Si tú quieres ser médico, abogado o ingeniera aeroespacial, claro que vas a necesitarla. Pero si no entraste, no terminaste o simplemente no era lo tuyo, eso no significa que te cancelen el futuro.

Lo que sí vengo a decirte:

  • Deja de usar tus carencias como excusa.
    No tuviste las mismas oportunidades, ok. ¿Y ahora? ¿Vas a quedarte ahí sentado o vas a moverte?
  • No es universidad o fracaso.
    Es trabajo, visión, hambre de crecer… y a veces, hacerte experto en Google y YouTube.
  • La universidad no te garantiza nada.
    Ni el éxito, ni la estabilidad mental, ni la paz interior. Tú sí puedes garantizártelo si te enfocas.

No todos tienen los mismos caminos, pero todos tienen la opción de avanzar.
¿Quieres sobrevivir en el pasado o empezar a construir el presente?

Tú decides.