No sé si se han dado cuenta, pero todas las mujeres están bastante obsesionadas con tener un abdomen plano y hasta marcado.
Yo no soy de esas y estos son mis motivos:
1. No sucumbiré a los estereotipos.
Nos bombardean con estereotipos haciéndonos creer que no eres bella o suficientemente buena si no tienes un abdomen plano y trabajado. Pero no es así, tu valor no depende de ello.
2. Mi autoestima no depende de eso.
Mi seguridad y mi autoestima no penden de mis kilos. Eso es mental.
3. Es demasiada presión.
Yo no pienso vivir presionada y limitada el resto de mi vida, sólo para tener un abdomen plano que no me da nada más.
4. He aprendido a amar mi cuerpo.
Todos los cuerpos son distintos. ¿Por qué nos empeñamos en querer hacerlos todos iguales?
5. Yo decido qué es lo que me hace bella.
Yo sé muy bien qué es lo que me hace bella, sé lo que valgo y nada de eso depende de mi físico.
6. Mis curvas son sensuales.
Yo no escondo mis curvas, uso ropa ajustada y la que me da la gana.
7. Amo probar cosas nuevas.
Vida sólo hay una y amo comer, trato de hacerlo sanamente, pero tampoco me limitaré sólo porque a alguien se le ocurrió que las flacas son más bellas.
8. El amor no tiene medida.
No importa de qué tamaño seas, el amor siempre te va a encontrar. Si tú te amas, es imposible que al amor se le olvide tocar a tu puerta.