Tengo un delirio por las galletas y debido a ello me aventuré a hornear algunas, pero después de muchos intentos me di por vencida para siempre. Estas imágenes explicarán a la perfección por qué he decidido dejar esto de hornear por la paz.
1. Así es, mis muñequitos son obesos, jamás se les notarán los huesos.
2. Mis caballos de huesos anchos.
3. Mis galletas también gritan “¡Mátame!”
4. Yo ingenuamente pensando que esta vez sí va a funcionar. Y así es como termino siempre:
5. ¡Galletas gordas! Cada vez que las hago salen con sobrepeso.
6. Ni hablar de la decoración, soy peor que horneándolas.
7. No se burlen, al menos saben rico.
8. ¿Por qué mis galletas no se esponjan?
9. ¡Me rindo, es muy doloroso ver estos resultados!
10. Ni cómo despegarlos de ahí.
11. Creo que Santa Claus no me traerá nada este año. ¡Arruiné a sus renos!
12. A nadie se le antoja comerse eso.
13. Ni las brujas son tan feas como mis galletas.
14. Parece que alguien las pisoteó.
15. La policía vendrá por mí por hacer galletas tan horribles.
16. Ya me resigné a que jamás me quedarán esponjaditas.
17. Todas parecen la estrella de la muerte.