Sí, te decía “bebé”… pero te dejó al mes
Tu estado civil: abortada.
El vato se esfumó más rápido que tu fe en el amor.
Y ahora tienes dos caminos:
- Llorar como final de telenovela.
- O volverte tan DIOSA que ni el algoritmo lo entienda.
1. Si va a volver… que regrese SO-LI-TO
No le tires migajas. No le des like en su selfie con filtro de perro. No subas frases tipo “estoy bien aunque me duela” mientras lloras.
Hazte humo. Hazte diva. Hazte misterio.
Indiferencia mata nostalgia.
Y recuerda: amor muerto = fertilizante para florecer.
2. Dale tiempo… pero NO exclusividad
Mientras tú lloras viendo el techo, hay un excompañero de prepa que te quiere invitar un ramen.
Hazte deseada, no disponible.
Sube foto en el café con otro. En la feria. En el gym.
Que piense: “¿Y ese quién es?”
Y tú: “El que no me dejó en visto.”
3. ¿Le gustaban tus ojos? ¿Tu voz? ¿Tus outfits? ÚSALOS DE BANDERA
Ya no son suyos. Son patrimonio de la autoestima nacional.
Selfies, TikToks, close-ups.
Tú no mendigas atención, tú la generas.
Que se ahogue en dudas: “¿A quién está mirando ahora con esa sonrisa?”
Y tú, sin pestañear: “A alguien que sí sabe lo que tiene.”
4. Hazte feliz tú solita (sin que él sea el causante)
Si él no fue tu alegría, tampoco será tu luto.
Póntelo en post-it: “Lo que es pa’ mí, me encuera… ejem ejem que diga… me encuentra.”
Sube historias con glow-up. Haz citas contigo misma.
Ve al súper como si fueras a una red carpet.
Que vea tu plenitud y piense: “Ya no me necesita”
Exactamente, cucaracho. Exactamente.
5. No respondas con celos. RESPONDE CON COMPETENCIA
Él subió una historia con su “amiguita”…
Tú subes una donde te dicen: “Eres arte, ¿te puedo colgar en mi sala?”
No se trata de venganza. Se trata de que el mercado reaccione.
Que el ganado se agite. Y él sepa que fue reemplazado… por calidad superior.
Y si se atreve a decir: “¿Ya me cambiaste?”
Tú, con sonrisa de villana fina: “No, rey. Te están ganando.”
6. Si vuelve… que sea cuando ya no te haga falta
Porque sí, vuelve. Siempre vuelven.
Como los moscos, los anuncios de YouTube y los chismes del grupo de tías.
Pero tú ya estarás con otro glow, otra paz, otro plan.
Y él, ahí, viendo tus historias desde una cuenta falsa.
Ya no te mueve. Ya no te toca. Ya no te alcanza.
Porque un hombre se arrepiente cuando se siente insignificante
No lo nombres. No lo busques. No lo expliques.
Hazte leyenda.
Y cuando te vea pasar, se quede con el nudo en la garganta…
no por amor, sino por perder a la mujer que se convirtió en su castigo visual eterno.
Y tú, a seguir brillando con tu playlist perr1sima y tu dignidad intacta.