No ruegas. No propones. SUGIERES. Estas frases son suaves, casuales y peligrosamente efectivas. Tú no estás buscando nada… pero si pasa, pues pasó.
“Mañana tengo que despertarme temprano… pero hoy no tengo prisa”
No pareces desquiciada pero también tienes tiempo para el
“Qué cómodo se siente estar aquí contigo”
Cómodo = seguro = cercano. A partir de aquí, el sillón ya no es inocente.
“¿Y si no hacemos nada… pero juntos?”
Nada suena a todo. Ellos lo entienden. Siempre lo entienden.
“Se siente muy tranquila la noche, ¿no?”
No habla del clima. Habla del ambiente. Y el ambiente responde.
“¿Siempre hueles así o es hoy?”
Halago directo pero sutil. los pone bien paraguas.
“No sé por qué contigo se me olvida el tiempo”
Tampoco va a querer que se acabe la noche.
“Podríamos poner algo y quedarnos un rato más”
La frase más peligrosa
“Aquí se está mejor que afuera”
Cuando el afuera pierde… ya ganaste.
Compártelo con la amiga que “solo iba a platicar tantito” y terminó cancelando planes mañana. Guardarlo también por cualquier cosa, nunca se sabe *guiño guiño*
