La edad te alcanza, quieras o no. Llega un punto en la vida en el que por más que luches contra corriente, te conviertes en aquello que juraste destruir. Cuando menos te lo esperas, sí, te conviertes en una tía (o sea una buena señora).
Pero, ¿cómo saber si ya estoy en ese proceso, en qué parte voy o si mi transformación ya ha llegado a su culminación? Estas son las señales querida mía:
Empiezas a usar refranes
Sí los refranes y frases que tu mamá siempre te decía cuando eras niña, y que para ti no tenían sentido o se te hacían de gente viejita. Pues esas mismas frases ahora salen de tu boca y tienen todo el sentido del mundo.
Aplaudes en el antro
Sí, aunque no lo quieras, aunque luches contra él. En cuanto escuchas música en el antro o en alguna fiesta, tus manos se confabulan en contra tuya, se juntan y comienzan a aplaudir al ritmo de la música. En algunos casos extremos, incluso aplauden a destiempo y sin ritmo porque señora.
Te gusta ir al súper
Ir por la despensa es una actividad que ahora disfrutas. Cuidar de tu alimentación, ver ofertas, comprar tuppers, ver cositas de decoración, etc. Ahora es de tus planes favoritos.
Empiezas a usar la frase ‘La juventud de ahora’
Sí, esa frase que siempre le oíste a tus papás e incluso abuelitos, ahora sale de tu propia boca. Porque sí, ya no perteneces a la chaviza y todo lo que hacen te parece extraño, sin sentido y hasta peligroso. ¡Felicidades, eres una tía!
No entiendes los nuevos modismos
No entiendes su forma de hablar, las siglas como ‘ALV’, ‘GRWM’, ‘OOTD’ no tienen sentido para ti.
Bailas todo como cumbia
No importa que música te pongan, ya tú la bailas toda como cumbia. Porque la chaviza la baila con coreografías de TikTok, pero a ti nomás no se te da eso ya.
Ya no conoces a los famosos de hoy
No tienes una idea de quiénes son los famosos actuales. No conoces a los influencers y estás totalmente perdida en ese tema. Tus famosos son aquellos que siguen apareciendo en Ventaneando.
Te ofendes si te llaman ‘señora’
No importa que ya estés más allá de los treinta, casada, soltera, con hijos, sin hijos, divorciada, etc. Tú no eres una señora y te da algo cada vez que alguien (y más si es adolescente) te llama así.
La rodilla empieza a molestar
Los malestares corporales están a la orden del día, que la rodilla, que la espalda, que el cuello, que el reflujo, que tu gastritis.
Ya no quieres estar a la moda sino cómoda
Ya no te importa estar en tendencia, te quieres seguir vistiendo bien ¡obvio!, pero ya pesa más la comodidad que cualquier otra cosa.