¿Tan insegura te sientes con mi presencia?
No necesitas rebajarte para que otra se sienta cómoda. Solo suéltalo con elegancia y deja que su inseguridad hable por sí sola.
Tu opinión no me construye ni me destruye… pero dice mucho de ti
Cuando una crítica no te aporta nada, no la guardes: devuélvela envuelta en clase y con moño de indiferencia.
Mi presente es un regalo. No dejaré que lo ensucies con tu amargura
Si alguien viene con su mala vibra, hazle saber que tú no estás para cargar conflictos que no son tuyos.
No me gusta gritar… pero sé defenderme con silencio
A veces el silencio es la cachetada más fuerte. Y la más elegante.
No soy difícil. Solo tengo estándares
Quien se queja de que eres “exigente”, suele ser quien no puede darte ni lo mínimo.
Que te moleste mi éxito dice más de ti que de mí
Tú no tienes la culpa de brillar, la culpa es de quien se quema al no tener su propia luz.
Tu energía me recuerda por qué prefiero mantener mi distancia
Hay gente que es tan tóxica que hasta el WiFi se cae cuando llegan.
Si te incomoda lo que soy… puedes cerrar la puerta al salir
No viniste a encajar. Viniste a sobresalir. Y el que no lo soporte, que se acomode lejos.
Cómo soltar estas frases
- Párete derecha
- Alza la cabeza
- Mírala a los ojos
- Di lo justo. Y ya.
Una dama no se arrastra, no se humilla, no se explica mil veces. Una dama se responde con elegancia afilada y luego se va… brillando más que nunca.