Hay alguien en el gym que te trae loquita, no puedes concentrarte, no sabes ni qué música estás escuchando o pierdes la cuenta de tus repeticiones, quieres hablarle pero te da pena, no sabes cómo acercarte, esto te va a ayudar…
Toma una barra pesada, ve y dile: ‘Hola, oye, crees que puedas ayudarme a devolver esta barra a su lugar, es que ya no doy más’.
Esta es spicy, quédatele viendo y cuando voltee (no importa si está cerca o lejos) dile: ¡Hola! y mueve tu mano saludando.
Pídele que te enseñe a usar alguna máquina diciéndole: Hola, oye, se ve que ya llevas un rato en esto, crees que puedas decirme cómo usarla porque creo que no lo estoy haciendo bien.
Si ya eres veterana del gym y al que le echaste ojo es novato puedes acercarte y decirle: Hola, mi nombre es… no quiero ser entrometida pero creo que podrías mejorar tu ejercicio haciéndolo de esta forma, ya pasé por eso y no me gustaría que te lesionaras.
Si lo ves tomando suplementos o proteína, puedes acercarte y preguntarle: Hola, oye estoy pensando en comprar una proteína pero no tengo idea de cuál es buena, recomiéndame una ¿no?
Si ya lograste que te ayude con algún aparato puedes seguir la conversación preguntándole: Oye, qué música escuchas para hacer ejercicio, pásame tu playlist y de ahí le pides el Instagram.
Trata de coincidir a la salida con él, y aunque no hayan tenido contacto antes dile: Adiós, y le sonríes.
*La cosa es que te atrevas, no te quedes con las ganas ni con la duda…