El mejor secreto para quitarle lo mujeriego a un hombre

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y no, no es “quererlo más”, ni “ser suficiente”, ni hacer rituales con luna llena

Este artículo NO es para que “lo cambies”, “lo cures” o “lo rehabilites”. Porque un hombre mujeriego no es una lavadora descompuesta: es una identidad!  Pero sí hay un secreto, un truco sucio, hermoso y 100 % efectivo para quitarle lo mujeriego… y no es el que crees.

Te lo digo así, sin anestesia: El único secreto para quitarle lo mujeriego es que DEJE DE TENERTE SEGURA.

Cuando un hombre siente que estás ahí, firme, estable, fiel, esperándolo, quiere todo, menos quedarse contigo.

Pero cuando siente que tú también puedes irte, elegir diferente, brillar sola, bloquearlo un martes y olvidarlo un viernes
su mujeriego interior empieza a temblar. Déjame explicártelo

1. Un hombre mujeriego NO le baja a su ritmo…

…A MENOS que sienta que alguien más podría ocupar su lugar. Los mujeriegos no cambian por amor, cambian por miedo a perder el acceso VIP a tu vida. Cuando tú dejas de estar disponible, dejas de responder rápido, dejas de pedir explicaciones… él empieza a cuestionarse: “¿A dónde va esta mujer? ¿Por qué ya no me persigue? ¿Por qué ahora parece más feliz sin mí?” Y ahí es donde le tiembla la rodilla.

2. La magia está en la distancia, NO en la paciencia

La mujer que logra que un mujeriego “se calme” es la que no le tolera el más mínimo desorden. No grita, no ruega, no pide explicaciones. Solo se retira.  Y esa retirada silenciosa vale más que 400 discursos motivacionales.

3. La paz mental enamora más que los celos

Un mujeriego espera que hagas drama, escenas, reclamos. Pero cuando ve que tú estás tranquila, olorosa, ocupada, guapísima y avanzando… le da miedo perder el único lugar donde nadie lo regaña. Tu calma lo desarma.

4. El efecto “ella no me necesita”

Nada cura más rápido el síndrome de Don Juan que una mujer que NO lo necesita. Porque cuando él siente que tú lo quieres pero no lo necesitas, su ego entra en pánico. Eso lo hace elegirte, cuidarte y dejar de andar de “explorador de terrenos comprometidos”.

5. Y la regla final (la más poderosa de todas):

Un mujeriego solo cambia cuando estar contigo es un PRIVILEGIO, no una rutina. Entre más ocupada estés con tu vida, tus metas, tus amigas, tu paz, tu piel, tu carrera, tus uñas… más difícil es para él andar con jueguitos. ¿Por qué?
Porque sabe que una mujer así puede reemplazarlo sin siquiera buscar reemplazo.

Tú no le quitas lo mujeriego a nadie. Él decide quitárselo… cuando te ve tan segura, tan libre y tan poco disponible para su circo que prefiere dejar la payasada antes que perderte.

Y si no cambia… mejor. Porque así sabes que ahí NO era, NO daba, y NO tenía futuro.