Cuando dejamos de ser niños, también dejamos muchas cosas divertidas atrás. Y sólo porque creemos que ya somos demasiado grandes y esas cosas nos harán ver ridículos. Pero ser adulto no significa olvidar a nuestro niño interior ni dejar las cosas bellas atrás.
¿Hace cuánto que no haces esto?
Burbujas
Soplar burbujas de jabón era lo más genial de la vida, correr tras ellas y reventarlas.
Juegos inflables
No son sólo para niños, la próxima fiesta infantil intenta subirte a uno y verás que divertida de pones.
Trampolín
A mover ese esqueleto oxidado, necesita unas cuantas piruetas en el trampolín.
Plastilina
Cuando eras pequeña pasabas horas haciendo figuras e plastilina. Tómala de nuevo para ver cuanto a mejorado tu habilidad o si sigues haciendo los mismos muñecos sin forma.
Un día de golosinas
Cuando eramos pequeñas podíamos sobrevivir de golosinas. Regalate un día entero de antojo.
Brincar en charcos
No importa si tienes o no botas para la lluvia, deja de preocuparte por enfermedades o bacterias. Cuando eras niña jamás pensabas en eso.
Maratón de películas de Disney
Todo el día para ver una y otra vez todas las películas de Disney.
Quedarte en pijama todo el día
Todo el día, sin importar que tengas que salir a la tienda.
Salir a pedir dulces en Halloween
No se trata de acompañar a tus sobrinos, sino de salir disfrazada y pedir dulces casa por casa.
Comerte un frutsi congelado
¿Recuerdas lo entretenido y delicioso que era? Podrías comértelo mientras ves tu maratón.
Y un Yakult al revés
Así es, no abrirlo por donde normalmente se hace, si no debajo como si fuera frutsi.
Volar un cometa
Si nunca lo hiciste, es algo que debes hacer en tu vida. Es realmente divertido.
Encontrarle forma a las nubes
Tirarte horas y horas en el jardín o en tu cama con las cortinas abiertas buscándole forma a todas las nubes.
Hacerte peinados en la ducha
Ya hasta había olvidado esto. Mañana mismo reanudo mi carrera de estilista de ducha.