Ese tipo que al principio parecía romántico ahora te escribe cada 4 minutos, te reclama si no contestas en 3, y te pide fotos de lo que estás comiendo, como si fuera agente de la CIA. Ya no es amor…
Es un TIPO INTENSO y aquí te explicamos como alejarte de el
No lo termines “bonito” solo para que no explote
Querer quedar bien con alguien que ya te hace mal. es como irte a la cama y no dormir (ósea no tiene sentido), No le endulces el mensaje. No es debate, es decisión. Suave si puedes, firme si debes. Punto.
No expliques todo, no estás en juicio
No le debes explicación en PowerPoint.
Le debes a tu yo del futuro una vida sin mensajes de “¿estás molesta? es que te noté rara”. Cada vez que dices “pero es que yo…” él mete otro “pero yo también te amo”. Y ahí caes. De nuevo. Dilo claro y sin novelas. No estás confundida, estás harta. Fin.
Bloquear no es grosería, es autocuidado
Sí, bloquea. WhatsApp, Insta, TikTok, señales de humo. No necesitas más cortisol en tu vida. Si lo dejas abierto, se mete. Como los mosquitos…
No lo veas en persona si sabes que va a hacer show
Si ya te lloró en llamadas… ¿tú crees que no va a hacer performance en vivo? No necesitas teatro. Si te da miedo, termínalo por escrito y desaparece como ninja.
Avísale a tus amigas y haz plan de escape emocional
Ten tu red. Gente que te recuerde que no estás loca, ni exagerada. Que te vigilen cuando él intente “volver solo para hablar”. Porque tú no necesitas hablar. Tú necesitas paz.
Limpia TODO: redes, fotos, playlist y cuarto
Bórralo como se borra una uña mal hecha: sin piedad. Fotos fuera, playlist archivada, cuarto ventilado. No es drama… es limpieza espiritual con flow.
Va a volver con “nueva actitud”… y no, no le creas
Va a llegar diciendo que ya fue a terapia, que ya entendió. Lo que quiere es el control que perdió. Y tú, mi amor, ya no eres actriz secundaria en su serie tóxica.
No es que te falte paciencia, es que ya aprendiste
La fantasía de “a lo mejor cambia” es la favorita del apego ansioso. No es tu alma gemela. Es tu prueba de amor propio. Ya pasaste el examen.
Tú no eres fría. No eres dura. No estás exagerando. Solo te hartaste de vivir con miedo a decepcionarlo por respirar mal.
Y si él no lo acepta… que se lo cuente a su terapeuta. Porque tú ya estás ocupada viviendo en paz.