Cómo conquistar a un extranjero

Ok, sí: los extranjeros tienen algo. El acento, los ojitos, la emoción por el guacamole. Pero si tú también quieres gustarles sin parecer que estás tomando un curso de “Cómo conseguir visa con amor”…

aquí van los tips reales:

1. No finjas ser quien no eres

No necesitas fingir que eres la versión latina de Emily in Paris. Ellos vienen a conocerte a TI, no a un estereotipo. Si te encanta el picante, las novelas o decir “wey” cada 3 segundos, que lo sepan desde el inicio.

2. No les hables en inglés todo el tiempo

A menos que te lo pidan, no cambies tu idioma solo para sonar “cool”. Tu acento es tu superpoder. Y si se ríen porque dices “b1tch” en vez de “beach”… pues que aprendan español, ¿no?

3. Tu humor es oro, no lo censures

No intentes ser seria o misteriosa, eso ya lo hacen las gringas. Tú trae tu comedia involuntaria, tus memes con sonido y tu humor dramático. A los extranjeros les encanta cuando te ríes de tus desgracias. Y si no, pues next.

4. Sácale brillo a tu cultura

Invítalos a comer tacos, enséñales a bailar reggaetón, o llévalos a un tianguis. No hay nada más sexy que una latina orgullosa de sus raíces. Y si les das comida de tu país para probar…uff ya están amarrados.

5. No idealices: también van al baño

Sí, su acento suena a comercial de perfume y sí, algunos huelen a vacaciones. Pero no te olvides que también roncan, tienen traumas y ven memes tontos. Que sean de otro país no los hace mejores.

6. Dales chance de conocerte con calma

No quieras contarles toda tu historia familiar en la primera cita. Ni traducirles la Biblia en Spanglish. Sé tú, pero con calma. Como tequila: poquito a poquito… hasta que ya no se quieran ir.

7. No busques gustarles… y les vas a encantar

Cuando estás ocupada siendo icónica, graciosa y emocionalmente estable (o por lo menos intentándolo), se nota. Y eso se siente en cualquier idioma.

Y recuerda:

No tienes que convertirte en un traductor Google con piernas ni en una mezcla de Shakira y Sofía Vergara. Solo tienes que ser tú: sabrosa, divertida y con vibes que cruza fronteras.
Y si no funciona… pues te quedas con la anécdota y una playlist multicultural.