Conseguir el equilibrio perfecto entre lo que soñamos y lo que obtenemos es difícil pero no imposible. Por ejemplo la idea de un hogar, tener un lugar al cual llegar después de un día duro de trabajo, estar con mis seres amados era todo lo que yo quería, no pedía mucho, no parecía tan difícil pero lo fue.
Ayer, éramos orgullosos padres que preparaban a un pequeño para el mañana, y hoy soy sólo yo, sólo el pequeño y yo. Me pregunté por qué, qué había hecho tan mal para que él decidiera abandonarme, abandonar nuestro hogar, nuestra familia, a su propio hijo sin ni siquiera una explicación.
Años después llegó la explicación en forma de carta. Y decía lo siguiente:
“Hola, espero estén bien, te escribo para decirte que los extraño y quería explicarte algo. La razón por la que me fui es que ya no me sentía yo mismo contigo, es decir, no hablábamos, no reíamos, todo era el bebé y sus gastos, además de que no aceptaste casarte conmigo, eso me hizo sentir como basura. Nunca los abandoné, los cuido desde lejos aunque no lo creas. Conocí a alguien más, ella es fantástica, espero de todo corazón que hayas encontrado alguien. Háblale de mí a nuestro hijo, quiero verlo y decirle que lo amo. Espero me lo permitas.”
No podía creer lo que leía, no supe cómo reaccionar, pero creo que lo hice de la manera correcta. Una semana más tarde le escribí una carta, que decía así:
“Hola, disculpa por no responder antes, hay algo que quiero explicarte también y espero que te quede bien claro porque no pienso repetirlo. Te fuiste por que no supiste ser fuerte, ni luchar conmigo, no supiste apreciar las cosas buenas de la vida con nosotros y mucho menos disfrutarlas. Y ahora ¿pretendes que una simple y patética carta resuelva las cosas para tu comodidad?. Hoy “tu hijo” tiene siete años, siete años en los que hemos luchado solos, en los que hemos construido una maravillosa vida sin ti. No te guardo rencor y me alegra que también hayas encontrado la felicidad.
Le conté a mi pequeño sobre ti, y el ha decidió que no quiere verte, que no eres su papá, y que es mejor que guarden distancia. Realmente te deseamos lo mejor. Adiós.”
El nos abandonó, al terminar cualquier relación conmigo, terminó su relación con el que una vez fue su hijo. Y ahora lo entiendo, ante sus ojos mi único error fue preferir ser madre. Hoy sé que mi hogar está en mi pequeño y espero que algún día sea un hombre, un hombre de verdad.
