Durante toda mi secundaria fui a una escuela un poco diferente a la de la mayoría de ustedes. Yo fui a una escuela de mujeres (también conocidas como: de monjas) y a continuación les revelaré 10 cosas que innegablemente suceden. No sé si sean buenas o malas, pero créanme que es una experiencia completamente distinta.
1. Somos poco señoritas.
Contrario a lo que todo el mundo pensaría, llega un punto en donde te vale sentarte con las piernas abiertas, si alguien te vio los calzones, o si no lavaste tu playera que se embarró de catsup el día anterior.
2. ¿Aseo personal? Baah, ¿qué es eso?
No estoy diciendo que diariamente íbamos como indigentes a la escuela, pero tengo que aceptar que muchas decidíamos simplemente no lavarnos el cabello todos los días, y no precisamente por que fuéramos unas sucias, sino por que a veces hacía mucho frío. Claro, siempre hubo la chica que iba perfecta, pero simplemente yo y el otro 80% de las alumnas no.
3. Si te baja no es el fin del mundo.
Haber estado en una escuela de puras mujeres era una ventaja, ya que si te llegaban “tus días”, no había gran show, al contrario, todas te ayudaban y nadie se burlaba de manera grosera. No me imagino que ésto sucediera en una escuela mixta.
4. A la hora de la salida hay 800 hombres de todas las edades afuera.
Todos lucen como lobos hambrientos pensando que estás urgida de un hombre. Así que aunque no lo creas, tenemos muchos pretendientes y hasta de dónde elegir.
5. Las platicas no son aptas para cualquiera.
Muchas personas piensan que entre mujeres hablamos tiernamente sobre chicos. ¡Claro que no! Creo no hay platicas más pervertidas que las que se tienen en una escuela de “monjas”. No daré ejemplos, simplemente imagínenselas – True Story -.
6. Te odian por ser bonita.
Ésto si es un punto a desventaja, ya que si que tienes un lindo rostro o lindo cuerpo, todas las chicas te odian e inventan que te gusta acostarte con todos (aunque nunca lo hayas hecho), y de más terribles cosas sobre ti sin ni siquiera conocerte.
7. Tus excusas no pueden fallar.
En las escuelas de puras mujeres suele haber muchos maestros hombres, por lo tanto si que tienes examen, o simplemente quieres salirte de esa aburrida clase, puedes utilizar el pretexto y decir enfrente de todas tus compañeras y en voz alta: “Maestro tengo un problema de mujeres, ¿puedo salir? “. Eso jamás será negado. A comparación de una escuela mixta, jamás me atrevería a hacer ésto.
8. Eres libre.
Puedes caminar libremente por los pasillos sin maquillaje y sin tener que lucir sexy y femenina todo el tiempo. Incluso recuerdo que había chicas que no les importaba echarse gases y en vez de crear un chisme de eso, todas nos reíamos juntas.
9. Somos expertas en destruir mentalmente a alguien.
Recuerdo que a una chica que salía con el ex de una de mis amigas, le mandábamos amenazas anónimas en cartas y de más cosas que ahora entiendo que no estaba nada bien hacerlo. Pero no puedo mentir diciendo que no sucedió. Después me hice su amiga y le confesé todo. Por fortuna me perdonó.
10. Te enamoras de un maestro.
Aunque suene cursi, mínimo 5 mujeres de cada salón se enamoran del típico maestro joven y gracioso que acaba de entrar a trabajar. Suena gracioso, pero muchas piensan que en verdad es el amor de su vida. Jajaja
Cabe mencionar que yo estoy a favor completamente de que las mujeres se comiencen a relacionar con hombres desde pequeñas, simplemente les quería contar estas verdades, ya que en lo personal no me afectaron, al contrario hicieron mi adolescencia muy entretenida.
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