Es una tradición que al casarte hagas algo en grande, pero yo no estoy nada de acuerdo en ésto. A continuación explicaré mis razones, supongo muchas pensarán como yo y otras podrían odiar lo que voy a decir.
1. A la mayoría les da mucha flojera ir.
Seamos sinceros, la mayoría de veces cuando te invitan a una boda por dentro piensas “daría lo que fuera por no ir”. Ya que sabes que todo ese día, el cual siempre cae en fin de semana, tendrás que ocuparlo en levantarte temprano, ir a la misa, etc.
2. No pienso comprar un vestido que usaré sólo una vez en mi vida.
No quiero gastar 20,000 pesos para comprar un vestido de novia que usaré sólo unas horas. Mejor dono ese dinero o lo utilizo para irme de luna de miel a un lugar lindo.
3. Jamás complaces a nadie.
Aunque lo quieras negar, muy dentro de ti sabes que muchos están criticando tu peinado, tu vestido, el salón y hasta a tu pareja. Incluso la mayoría siempre dice la frase : “No sé para que se casaron”. Como si ellos supieran qué hacer con tu vida.
4. Es muy egoísta que tus padres paguen la boda.
En algunos países suele ser una tradición que el papá de la novia pague la boda. ¡Ésto se me hace una bajeza! Si te quieres casar, págala tú junto con tu pareja, nuestros padres ya nos han dado tanto como para que todavía una les pida más.
5. Siempre se me ha hecho de pésima educación hacer una “Mesa de Regalo”.
Ir a tiendas departamentales como “Liverpool” o “El Palacio de Hierro” a hacer una lista exigiendo regalos para que te den los invitados, para mi gusto es algo que no se debería hacer.
6. La mayoría siempre se hace la pregunta: ¿Se casó por qué está embarazada verdad?.
Es extraño, pero siempre los invitados se preguntan lo mismo, jamás pueden imaginar que te casas por amor.
7. Eres la persona que menos disfrutará su fiesta.
Tienes que estar saludando a todos los invitados, los organizadores te distaraen preguntándote cosas y todo el mundo necesita de ti y de tu esposo para resolver problemas, de hecho es común que pases muy poco tiempo con tu pareja durante la noche.
8. Siempre hay personas a las que no les gustará la comida.
Normalmente si quieres rentar un salón, éstos ya te incluyen la comida para una gran cantidad de invitados, lo terrible de ésto es que nunca le gusta a la mayoría de ellos. Y no los culpo, en ocasiones es verdaderamente terrible.
9. Me da miedo hacer un gran ridículo o que me lo hagan pasar.
Ya sea el tío borracho, la invitada no deseada que se anexó , o incluso que mi esposo se desmaye, no sería un buen recuerdo de boda. Jajaja
10. Me enoja lo que el “Padre” dice en la misa.
No me lo tomen a mal, pero no soy muy religiosa que digamos, aunque claro, si mi pareja lo fuera no me importaría complacerlo y hacerlo como “tradición”, pero lo que no me causa nada de emoción, es que el padrecito me diga cómo y qué debo hacer con mi familia. De hecho la mayoría de las veces te termina regañando sin razón alguna.
11. Ya no te quedan ganas para una noche de bodas.
Tú y tu pareja terminan tan agotados, que lo único que querrán hacer es dormir 2 días seguidos.
12. La música siempre es la misma.
Aunque tú no lo quieras, todos exigiran bailar la vibora de la mar, payaso de rodeo, mayonesa y otras canciones que me provocan migraña. Obviamente los tendrás que complacer.