Ser dueña de ti misma significa tomar tus propias decisiones, ya no dejarte llevar por la opinión ajena, trabajar tu autoestima y amarte como nadie la ha hecho ni lo hará, adueñarte de tu vida porque es tuya y de nadie más. Así que si quieres saber por dónde empezar, aquí tienes los pasos hermana:
Aduéñate de tu pasado
No puedes cambiar lo que ya sucedió, pero puedes trabajar para modificar y encaminar lo que aún no ha sucedido.
Aduéñate de tu vida emocional
En el momento en que terminas de quejarte, compadecerte y hacerte la víctima, regresa tu poder.
Sé dueña de tus decisiones
Basta ya de arrepentirte, de vivir en el hubiera, de desear. ¡Decídete y pon manos a la obra!
Aduéñate de tus deseos
Sé honesta acerca de lo que quieres, trabaja por ello, comprende que el camino no es recto, que los errores no son fracasos sino momentos de oportunidad y de aprendizaje, sólo entonces las cosas de darán.
Sé dueña de tu presencia
Aduéñate de la energía que llevas a cada lugar, desde tus pensamientos hasta las palabras que salen de tu boca.