Primero lo primero: ser segura no significa sentirte perfecta, significa que ya te hartaste de sentirte menos y como ninguna se vuelve Beyoncé de un día a otro, aquí van cosas reales que puedes hacer para que tu vibra deje de decir “dudo de mí” y empiece a gritar “ni te me acerques si no traes lo suficiente”.
1. Empieza por oler ridículamente bien.
Sí, aunque el perfume te cueste lo que tu renta. Pero escúchame: cuando hueles caro, piensas caro. Un aroma puede ser tu marca personal, tu entrada triunfal y tu “no necesito presentación”. No tiene que ser de lujo, pero si puedes, lánzate por algo tipo Tom Ford Black Orchid, Baccarat Rouge 540 o YSL Libre. Créeme, te van halagar o incluso preguntar que perfume usas.
2. Maquíllate, aunque te digan que no lo necesitas.
No porque lo necesites, sino porque te da poder. Pintarte los labios es una forma de decir “sí, me importa cómo me veo, pero más me importa cómo me siento”. No hay nada más intimidante que una mujer que se maquilla por placer, no por aprobación.
3. Aprende algo que te haga interesante, no solo bonita.
Aprende de vino, de arte, de política pop, de lo que sea, pero que te apasione. Imagínate que estás en una cita y te dicen “estoy tomando un tempranillo” y tú no vas a hacer el ridículo de decir que en realidad es “tardecillo” ( muchas mujeres no tienen tema de conversación, pero si tu te poner las pilas, llevas muchos pero muchísimos puntos a tu favor)
4. Haz ejercicio, pero no por el cuerpo.
Hazlo por la mente. Porque cuando entrenas, tu cerebro se pone en modo “yo puedo con esto”, y luego aplica ese mismo chip a la vida. No importa si es yoga, pesas o bailar en tu sala. El punto es moverte hasta que te creas capaz.
5. Y sobre todo: deja de pedir permiso para brillar.
A nadie le importa tanto como tú crees. Si quieres subir tu selfie, súbela. Si quieres hablar, habla. Si quieres cambiarte el look, hazlo. La seguridad no llega cuando todos te aprueban, llega cuando te vale.
Así que sí, cómprate ese perfume caro, píntate los labios rojos, aprende de vinos, y sobre todo, empieza a tratarte como si ya fueras esa versión segura que sueñas ser, porque spoiler: ya lo eres, solo que aún no te lo crees.