Cuando era niña todo era muy fácil y jamás imaginé lo mucho que cambiaría mi perspectiva de la vida cuando dejara atrás los chupones, las muñecas y la bicicleta con rueditas.
Seguramente tú también pasaste por esto y te identificarás con más de una de las siguientes verdades:
1. No me casaré con mi primer novio.
Generalmente la primera vez que tienes un novio serio crees que será el amor de tu vida y vivirán juntos por siempre, pero tristemente muy pocas personas han tenido esa suerte.
2. Cuando sea grande quiero ser…
De niña siempre te imaginas con una profesión como diseñadora de modas, doctora o bailarina, pero cuando creces las circunstancias y tus intereses cambian, por lo que la mayoría de las veces terminas con una profesión que no se relaciona con lo que era tu ideal.
3. No toda la gente es buena.
Cuando eres pequeña, a pesar de que existen las niñas envidiosas y mala onda, crees que si tú eres buena onda con la gente, la gente también será buena onda contigo, pero no hay nada más alejado de la realidad que eso.
4. Los príncipes solo existen en las películas.
Mi plan no era vivir en un castillo con mi príncipe azul, pero sí me imaginaba con un novio guapísimo dedicado a protegerme, con el que podría pasar toda la vida. La realidad es que me han tocado varios sapos, aunque no niego que allá afuera puede haber un príncipe para mí.
5. Las mejores amigas no siempre están juntas.
No es que sea un punto malo, pero a ver, si te dicen que tu mejor amiga se mudará de casa y dejarás de verla, o que se irá a estudiar a otro país, ¿a poco no se te rompe el corazón? Lo bueno es que siempre puedes seguir en contacto por Facebook, Whatsapp o cualquier otra red social.
6. Casarse y tener hijos no es fácil.
Vengo de una familia muy tradicional y por lo mismo me imaginaba que a los 25 ya estaría casada y esperando un bebé, pero honestamente creo que aún no estoy lista para eso.
7. Las relaciones perfectas no existen.
Creo que esto lo sabemos todas, encontrar a alguien que te haga feliz, te complemente, te respete y te amé, está más difícil que aprender chino en una semana.
8. Viajar sale muy caro.
Qué cruel es llegar al punto en que te das cuenta que si quieres hacer un viaje, aunque sea una distancia corta, te va a salir caro. Afortunadamente se compensa cuando vas con las personas correctas y te diviertes como niña.
9. Los sueños no siempre se cumplen.
De niña se realiza casi todo lo que quieres, o por lo menos tus papás se las arreglan para que sientas que es así, pero ya cuando creces puede que algunos de tus sueños sean un poco inalcanzables o comienzas a vivir el día a día y se te olvidan.
10. La gente cambia.
Puede ser algo muy simple como cuando me dejó de gustar el pop y empecé a escuchar música alternativa, o algo tan radical como no reconocer a tu “mejor amiga” cuando entró a la universidad y dejó de hablarte porque ya no te gusta lo mismo que a ella.
11. Nada es gratis.
Pregúntenmelo a mí que tuve que ser la esclava de mi hermana un mes para que no me echara de cabeza con mis papás cuando me escapé de fiesta con mis amigos.