Soy una ex empleada de Starbucks, por más de 4 años le entregué mi vida entera a la “Sirena” y hoy he abierto mi corazón para confesarles muy sinceramente algunas cosas.
Antes de todo debo aclarar que el término “empleado” en Starbucks no existe, nos hacemos nombrar “partners“.
1. Todos los que entramos en el puesto más bajo, nos creemos el gerente y fundador de la empresa.
Esto solamente porque tenemos derecho a tomarnos dos bebidas al día.
2. Regla básica de supervivencia.
Olvídate de que estás pasando por un día malo, así se haya muerto tu mascota, una vez en frente del cliente tendrás que sonreír eternamente y decir: “Hola, ¿cómo te va?” y debes tratarlo como si fuera tu mejor amigo.
3. Todos, absolutamente todos, tuvimos “algo” que ver con algún otro partner (o tal vez más de uno). Repito, todos.
4. En algunas ocasiones (siempre), se te olvida que eres un partner (empleado).
Cuando sales a tu break, presumes tu Frappuccino Venti con mil de caramelo como si fueras un cliente más, el problema está en que no recuerdas que aún traes el mandil verde y simplemente haces el ridículo.
5. Temporada navideña.
Significado: Para todos los mortales = Aguinaldo, regalos, compras y felicidad. Para un partner = Es la viva recreación de la batalla de los 300 contra el ejército de Xerxes. La fila para comprar un café nunca se termina y nuestro cerebro comienza a colapsar.
6. Hablando de termos y toda clase de souvenirs que se venden en Starbucks.
¿Quién crees que se queda con los mejores diseños? ¡Obvio nosotros!
7. El día más feliz de nuestras vidas es cuando te nombran empleado del mes.
Y todas las demás chicas o chicos que trabajan contigo te odian, ya que a ti te regalaron chalecos, gorras, sudaderos, tazas exclusivas y a ellos nada.
8. Egómetro.
Así nos sentimos según nuestro rango:
Barista: Dueño de la marca.
Supervisor: Dueño de la marca y del barista.
Coffee Master (Catador de café, son los que traen un mandil negro): Dueño del mundo.
9. En mi primer día de trabajo.
Quise probar todas las combinaciones posibles de bebidas, hasta que me provocaron intolerancia a la lactosa.
10. Terminas odiando a todo el mundo.
Después de un turno infinito donde miles de personas mueren por tener un Mocha, venti, deslactosado, cream sugar free, chispas de chocolate, doble molido y un toque de menta.
Después te acuerdas que tú lo puedes obtener gratis y se te pasa. =)
11. El máximo reto es cambiarte el nombre por uno gracioso.
Así es, cruel verdad, perdón por romperles la ilusión.
12. Todos, absolutamente todos, le sacamos bebidas gratis a nuestros amigos.
A escondidas (obvio).
En fin, sólo puedo decir que Starbucks fue mi primer trabajo y ahí aprendí muchísimas cosas que me ayudarán para toda la vida. ¡Siempre lo recordaré con mucho cariño!