Hola eslamoditas, hoy quiero compartir con ustedes la experiencia que tuve hace cuatro meses cuando decidí tatuarme por primera vez. Todo empezó porque de pronto me dieron muchas ganas de hacerme un tatuaje, pero quería encontrar a un buen artista.
Así que emprendí la búsqueda hasta que uno me convenció. Hice mi cita y los días anteriores a ella estaba muerta de nervios, pero traté de tranquilizarme y no hacer caso de otras experiencias, pues quería vivir la mía.
Llegó el momento y el artista traspasó el diseño de un papel a mi piel y ahí supe que no había vuelta atrás, que estaba a punto de cambiar mi aspecto para siempre. Yo sabía que me iba a doler, pero jamás imagine cuánto. Por momentos creí que iba a desmayarme, pero fui valiente y traté de controlar mi respiración y concentrarme para que no fuera tan horrible, aunque lo fue.
Estuve una hora y media tratando de contener las lágrimas de dolor, hasta que me dijo: “Listo, he terminado”. El brazo me ardía y punzaba horriblemente ,pero cuando vi el diseño terminado en mi piel quise llorar de la felicidad.
No podía creer lo hermoso que era. El sufrimiento había valido la pena por completo. Casi de inmediato el tatuador me envolvió el brazo en plástico como si de un jamón se tratara. Me dijo que lo conservará a sí durante 3 horas y después lo lavará con un jabón antibacterial que pude comprar ahí mismo. (Foto real de mi brazo)
Llegué a casa con un dolor y ardor tremendo, quite el plástico y lo lavé con mucho cuidado porque sentía que me iba a arrancar la piel con sólo tocarla. Lo lavé 3 veces al día durante dos semanas, y le puse esta crema varias veces al día durante el mismo tiempo.
La verdad es que los cuidados me ayudaron muchísimo, pues no se me infectó para nada. Al tercer día ya no me dolía. A la semana se me empezó a caer la piel, y como se imaginarán, casi muero del susto, pero afortunadamente mi novio ya había pasado por eso y me dijo que era normal, era parte de la cicatrización.
A las dos semanas mi brazo estaba como nuevo, y aunque juré que no me iba a hacer otro por aquello del dolor, hoy ya muero de ganas por hacerme el segundo.
¡Cuéntanos tu experiencia!