Soy mujer, soy gorda, y eso al parecer a todos les molesta

Ser mujer y ser gorda es un desafío en este mundo que parece matarnos por placer y no necesariamente con pistola, a golpes o a cuchilladas, hay una forma más sutil, controladora y perversa que ha asumido un imaginario social que ataca las mujeres y precisamente está en el camino de consonancia con la belleza.

De chicas nos enseñan que debemos ser “señoritas” hacendosas, pulcras, debemos hablar cuando corresponde, nada de ensuciarnos en el barro pero sí, jugar a la casita, a las muñecas, querer pintarnos y ser “bonitas”. Sinceramente yo creía que nacíamos bellas por naturaleza, por esa magia única de haber nacido mujeres, por eso inexplicable que todas sabemos que tenemos en lo invisible que se hace tangible a diario, pero que sin embargo lo vamos perdiendo en el camino escuchando las voces de una sociedad perversa, que nos muestra que no encajamos, que no valemos, que no entramos en el canon de beldad, directamente asociado con el éxito en este mundo, del que debemos ser parte, porque no nos dan la opción a pensar que no queremos compartir esa visión.

cerveza

Naturalizamos tanto los ideales que sutilmente nos imponen, nos marcan tan bien el terreno con la publicidad, con las necesidades que ni imaginamos que tenemos, con la vida que nos venden con el combo de príncipe azul que luego termina siendo un descerebrado que sólo quiere una madre más que una mujer a su lado que tenga mundo propio.
Así llega el tema que en determinado momento se vuelve problemático para la mujer, el de ser en consonancia con el fluir de su cuerpo. Cuando una mujer toma conciencia de que es gorda ya sabe que está en medio de un conflicto social, sus familiares más cercanos empezarán a hablar con sutileza de comer menos, de ir a un nutricionista, de que “se cuide”, de que use ropa que le tape la “pancita” porque mostrarla es la peor visibilización que una mujer puede hacer de sí misma. La panza es mala y hay que entender que ese pensamiento se ha arraigado de tal modo en nuestras comunidades, sobre todo occidentales, que cualquier exhibición de la misma se presta a burlas, ironías y el escarnio público.

Ser mujer y ser gorda es un desafío en esta sociedad, que requiere mucho amor propio para romper con los mandatos, para creer sobre todo lo que uno conoce en el principio de su vida y luego lo pierde, que es bella, que sea cual sea el cuerpo que habitamos éste es en perfección con el universo, que es necesario romper con el modelo de insatisfacción porque no sólo nos amarga la vida, sino que lo hace a nivel generacional y lo perpetúa en nuestras hijas y la descendencia.a todos les molesta

Aprender a ser felices no es fácil, pero ante todo es una decisión que debemos abrazar con convicción, con lucha, con visibilizar lo que nos hace bien, más allá de si cumple con los parámetros de cánones de un tiempo que pasará y dejará como resultado una dura huella de mujeres que se han amado poco porque creyeron que sus cuerpos no correspondían, porque se entregaron físicamente a ideales ficticios que no respetaban el ritmo de sus curvas, de la genética y de las ganas de ser…

El tiempo de amarnos es hoy, perpetuar la insatisfacción es un alto costo, el amor se ejecuta ahora y empieza con uno… ME AMO COMO MUJER Y COMO GORDA…

Gracias a: YoLaMásGorda