Por mucho tiempo creí que los príncipes azules existían y que allá fuera en algún lugar, había uno para mí. Pero crecí y me di cuenta que las cosas no son así.
1. Ya no se visten bien.
La elegancia se ha perdido por completo, ahora ves en la calle a puros tipos así:
2. Ya nadie se arriesga por ti.
Los príncipes peleaban con dragones para rescatar a la princesa de la torre. Hoy, si pasa algo, su primera reacción es ponerte como escudo humano.
“La probé, no tiene veneno. Atte: Príncipe encantador”.
3. Cero paciencia.
El príncipe buscó por todo el reino a la damisela a la que le quedará la zapatilla de cristal. Hoy ya no quieren ni pasar por ti a tu casa.
4. Sus peinados van de mal en peor.
Los príncipes no tenían necesidad de usar gel, el copete con porte se les hacía natural. Hoy sólo nos quedan estos Hipsters.
5. Eso de besar sapos no funciona.
Yo ya he besado como a 10 y entre ellos me he encontrado hasta cucarachas.
6. Ya no piden tu mano.
Los príncipes se presentaban ante la familia con toda la galantería posible para pedir la mano de la princesa en matrimonio. Hoy lo único que te piden es la prueba de amor.
7. No tienen un reino.
Los príncipes tienen un reino para ofrecer. Hoy a lo más que llegas es a vivir con tu suegra en un departamento de 4 x 4.
8. No hay un felices por siempre.
Los cuentos de hadas siempre terminan con un “…y fueron felices para siempre”, y no se vuelve a saber nada después de la boda. Aquí es diferente, después de la boda viene lo bueno, donde el amor sólo dura unos años y termina en juzgados.