Los twinkies son esos deliciosos pastelillos a los que pocos se pueden resistir, pero con dedos twinkie me refiero a dedos grandes y gorditos que se convierten en toda una pesadilla cuando intentas hacer algunas cosas de la vida.
He aquí mi eterna lucha con mis enormes dedos:
Corren el riesgo de quedar estrangulados.
Mis dedos son completamente impredecibles, en la mañana puedo ponerme un anillo y en la tarde ya está intentando ahorcarlo cruelmente.
Las medidas normales de anillos me quedan así.
Esta soy yo probándome los anillos de mis amigas. Jamás bajaran por ahí.
Escribir por celular es una agonía.
He optado por usar una pluma especial para el touch de mi celular, pues si lo hago con los dedos en lugar de una aprieto dos letras y mis mensajes terminan siendo indescifrables.
Mi peso no es el problema.
Por más que baje de peso y me ponga a dieta, mis kilos se van pero ellos permanecen en estado twinkie.
“Tengo la mano pesada”.
Una cosa muy curiosa es que este tipo de dedos parecen tener una fuerza sobrehumana, pues todo el mundo me dice que tengo la mano pesada cuando sin querer los golpeo o los toco.
Tomarle la mano a alguien no es cosa sencilla.
Si el chico tiene los mismos dedos de twinkie nunca, pero nunca podrán tomarse de la mano, los dedos simplemente no encajan. Así que lo primero que le veo a un hombre son los dedos.
Me tomo tiempo agarrarle el modo al teclado.
En lugar de escribir con la mayoría de los dedos como la gente normal, tuve que aprender a escribir con dos dedos, uno de cada mano. Así no aprieto teclas de más.
Los guantes de piel me quedan de a faja.
Los guantes de piel simplemente están prohibidos para mi, yo necesito de tela para que se puedan estirar o habrá un gran problema.
La gente evita regalarme anillos.
Yo no se que va a pasar el día en que mi pobre novio quiera darme un anillo de compromiso. ¿Cómo diablos le hará apara atinarle?