¿Por qué un hombre NOOO se casaría con una mujer como tú?

Sí, hay mujeres bonitas, dulces, perfectas para presumir en una boda.


Y luego estás tú. La que no se deja. La que no encaja. La que no baja la cabeza. La que da miedo.

1. Porque no eres una mujer de vitrina

No eres la que sonríe bonito, calladita, maquillada a la perfección y lista para agradar a la suegra. No, tú llegas, hablas fuerte, incomodas, cuestionas. Y muchos prefieren una esposa que no les saque los traumas en cada conversación.

2. Porque no necesitas protección, te proteges sola

Un hombre necesita sentir que es útil. Que te cuida, que te resuelve, que te salva. Pero contigo… ¿cómo? Si tú ya lo hiciste todo antes de que él se levantara.
Y eso, aunque no lo digan, les roba el ego.

3. Porque no te doblegas

Te puedes romper, sí. Llorar, sí. Dudar, también. Pero no te vas a arrastrar. No vas a rogar. No vas a quedarte en un lugar que no te honra.
Y ellos lo huelen. Saben que si se pasan… te pierden. Y les da pánico.

4. Porque eres libre

Y eso no significa que no quieras amor. Significa que tu vida no gira alrededor de nadie. Que no vas a dejar tus sueños, tus pasiones ni tu esencia por cumplir con el molde de “esposa perfecta”.
Y muchos no quieren una pareja, quieren una esclava emocional con buen físico. Y tú, ni una ni la otra.

5. Porque les das miedo

Sí, miedo. Porque contigo no se juega. Porque si te fallan, no haces show… te vas. Porque no necesitas pruebas de amor, ni anillos caros, ni promesas eternas. Solo hechos.
Y eso, reina, no cualquiera lo aguanta.

6. Porque eres mucha mujer para un hombre común

Tienes hambre de más. De vivir, de crecer, de arder, de volar.
Y eso no cabe en la rutina de un hombre que quiere una esposa que solo cocine, aguante y se calle.

7. Porque no eres moldeable

Y los hombres que quieren una mujer “a su medida”, no saben qué hacer con una que tiene medidas propias. Con una que no se adapta, que no imita, que no copia.
Con una que no cambia por nadie.

No es que no quieran casarse contigo.

Es que para casarse contigo, hay que tener los hu3v0s bien puestos, la cabeza clara y el corazón fuerte.
Porque tú no eres la que se queda por miedo, eres la que se elige por valor.