Ya se acerca mi cumpleaños y lo único que deseo es un pastel igual de hermoso y tierno que estos. Yo no sé cómo le va a hacer mi novio, mi hermana y toda mi familia, pero quiero soplar mis veinti… tantas velitas en uno así.
Y si cuando vayan a buscar mi pastel se les pegan unos zapatos, una bolsa y una chamarra, no me enojaría para nada.
Con esa carita ni loca le doy mordida cuando todos empiecen a cantar: “Mordida, mordida”.
Se parece mucho a mi perro.
Seguro que éste es el único limón que no sabe agrio.
Siempre he querido un pastel en forma de rollo.
No bueno, con esos ojitos cómo me lo voy a comer.
¡Una taza con bigote! ¡La quiero!
Ojalá sepa a piña colada.
Lo amo y lo amaré por siempre.
Una hermosa ballenita ha venido a mi cumpleaños.
Ese tronco se ve delicioso.
No pueden imaginar la emoción que me causó esta belleza.
El camino amarillo hacia Oz.
Se ven tan sencillo y hermoso.
Me sentiría la reina de corazones con este pastel.
Parece un oso de peluche pero es totalmente comestible.
No me lo quiero comer jamás.
No lo puedo creer, es perfecto.
Hasta él sabe que está delicioso.
A mi abuelita le gusta esto.
¡Quiero un pastel que por dentro sea de mil colores!
Bebé foca te voy a comer.
Millones de lágrimas de felicidad han salido de mis lindos ojos.
Esa me la como yo solita.