Los hombres sí pedimos 50/50, pero no en billetes, sino en ganas.
En acciones. En detalles que te nacen, no en lo que te compran. Queremos sentir que tú también estás, que tú también das. No solo atención cuando te conviene, sino cariño cuando se nota.
También queremos sentirnos elegidos
Así como tú quieres flores, mensajes y buenos días, nosotros también queremos que nos abraces sin razón. Que te intereses por cómo estuvo nuestro día. Que nos mandes un “pensé en ti” de vez en cuando. No por compromiso, sino porque te nace.
No todo es salir caro
Cuando andaba mal de dinero, no podía llevar a mi novia a cenas caras. Pero eso no fue un problema. Comprábamos galletitas, lechitas, y veíamos películas en el celular. Y en esos momentos, sentía más amor que en cualquier cita lujosa.
Cuando tengo, doy más
Y cuando pude, le compré peluches, flores, le hice cartas. No porque ella me exigiera nada, sino porque se quedó conmigo cuando no tenía nada. Porque me elegía aunque no pudiera “darle” mucho más que tiempo, cariño y risas.
La neta: así se construye
Hoy le digo claro: algún día tendré un buen trabajo, un buen sueldo y una casa para nosotros. Pero todo eso va a ser para la mujer que me eligió cuando sólo tenía amor y ganas.
No es cuánto das, es cómo lo das
Si estás esperando que te den todo sin dar nada, no es amor. Es interés. Si sólo sabes recibir y no das ni lo básico, no es 50/50, es abuso.
Un abrazo, un “te pensé”. A veces eso vale más que un anillo. El 50/50 real no está en la cuenta… está en el corazón.
