Porque tú no naciste para checar a las 9 y terminar como zombie en la silla a las 6.
Naciste para brillar, facturar, escaparte en tu hora de comida y seguir siendo tu! aunque traigas la ojera de mapache
1. El jefe buena onda NO es tu amigo
No caigas. Te hace reír para luego clavarte horas extra con una sonrisa
Si dice: “¿Te puedo contar algo personal?”
Tú piensas: “¿Te puedo facturar mis terapias?”
Mantén sonrisa activa y emociones en modo avión.
2. Instala VPN… para buscar otro trabajo en paz
VPN + LinkedIn + OCC = Trío amoroso de libertad.
Busca con filtros clave: home office, sin inglés, pagan a tiempo
Y si quieres soñar, activa notis de ofertas en Canadá (por si un día te despiertas bilingüe).
3. Tus jefes reales: tu jefe, el SAT y tu burnout
Organízate como CEO de tu existencia:
- Google Calendar con eventos falsos para evitar juntas.
- Alarma: “Levántate o te vas a fusionar con la silla”.
- Silla ergonómica con respaldo que abrace más que tu ex.
4. Comida en toppers = arte de la resistencia
Haz batch cooking nivel “chef con ansiedad funcional”:
- Día 1: Arroz + pollo
- Día 2: Arroz + pollo con mostaza (innovación)
Usa toppers aesthetic para sentir que tienes tu vida junta (aunque no).
Lleva snacks secretos: gomitas, chocolate y tu paciencia empaquetada.
5. Gadgets para no morir en el intento
- Soporte de laptop = no más cuello florero
- Luz led blanca = vibe de TikTok pero para sobrevivir
- Teclado ergonómico = manos felices, alma amargada
Si hay lana: Audífonos canceladores de ruido (ideal para ignorar “dinámicas de integración”).
6. Nunca le cuentes nada a la contadora con pluma de glitter
Parece tu bestie. Spoiler: no lo es.
Tú le dices “ando triste” y ella le dice al jefe que tienes “inestabilidad emocional con riesgo operativo”.
Tú solo contesta: “Todo cool :)”
Y guarda tus traumas para tu diario con candado (o terapia, si te alcanza).
7. El café gratis es tu ansiolítico corporativo
Hazte 3 cafés al día:
- Uno para tolerar
- Uno para fingir
- Uno para sobrevivir
¿No hay café? Lleva el tuyo en taza térmica que diga:
“Sí trabajo, pero no por gusto”.
Ponte glam para ir a servírtelo. El respeto empieza con aroma a cafeína y pan dulce.
8. Fondo de ahorro: “Por si renuncio en plena junta”
Abre una cuenta con nombre realista:
- “Fuga sin previo aviso”
- “Rinoplastia emocional”
- “Bye Brenda, te odio”
Mete $10 al día. Te alcanza para el camión, el pan, o el Uber a tu nueva vida sin jefe.
9. Usa tu jornada laboral como pretexto para escapar
- Aprende Excel para huir con tus finanzas en regla.
- Aprende Canva para armar tu CV como si fueras diseñadora frustrada.
- Aprende inglés… por si se te presenta un Sugar en Vancouver. Todo lo que hagas aquí… que sume puntos para tu fuga.
10. Renuncia como una diosa dramática
Escribe tu correo de despedida con esta frase letal:
“Gracias por todo lo aprendido, incluso lo que me traumó.”
Playlist: Survivor + Me Voy + Flowers
Look: Pestaña al cielo, labios firmes, y corrector hasta la quijada.
Y te vas.
Porque tú no naciste para entregar reportes sin alma.
Naciste para reír, planear tu escape, y brillar aunque tu escritorio tenga grapas oxidadas.