Mi relación con la comida es destructiva, la amo pero al mismo tiempo la odio por no dejarme tener el cuerpo que deseo. Y es que ¿quién no quiere una cintura super pequeña y curvilínea como alguna de estas?
Ojala la lógica fuera que entre más comes más buena te pones… ¿por qué Dios? ¿por qué?
¿Por qué es tan difícil?
Quiero una cintura que necesite un letrero de “cuidado, curvas peligrosas”.
Tendrá que ser mi propósito el próximo año.
¡Que alguien me diga por qué no nací con esos genes!
Ya sé que sería mucho pedir, pero intentaré hasta con los reyes magos.
Bienvenida la dieta y el gimnasio.