Los hombres creen que la vida de las mujeres es muy sencilla, pero si tan sólo tuvieran una idea por todo lo que tenemos que pasar y que nunca les contamos, seguro hasta se espantarían y agradecerían a la vida no tener que vivir lo que nosotras.
Hoy en especial quiero recordar las peores cosas que a todas nos han sucedido y siguen sucediendo al rasurarnos nuestro hermoso cuerpecito.
Darte cuenta muy tarde que el rastrillo corta menos que unas tijeras de primaria
Y en ese preciso momento maldices a Gillete o cualquier marca por no hacer unas navajas que duren eternamente.
Haber terminado y mientras te vistes, darte cuenta que quedó una pequeña área sin rasurar
A veces has llegado a pensar que esos vellos se esconden justo cuando ven al rastrillo y vuelven a salir cuando terminas.
Comenzar a sentir un calambre en la otra pierna
Si es que no tienes un banquito dentro del baño, siempre tienes que hacer mil poses para lograr el objetivo de rasurar bien las piernas.
El problema está cuando te estiras de más y comienzas a sentir que tu pierna de apoyo está a punto de darse por vencida. ¿Les ha pasado?
Que se termine el agua caliente y tener que rasurarte con agua fría
Obvio el agua caliente ayuda a que el rastrillo se deslice como campeón mundial de patinaje en tus piernas, aniquilando a todos los vellos. El problema está cuando lo haces con agua fría y lo único que provocas es dejarte irritadísima la piel.
Cortarte el tobillo
¡Díganme por favor que también a ustedes les sucede esto! Yo soy súper tonta para rasurarme el área del tobillo y por alguna razón, siempre termino cortándome, de hecho ya tengo algunas marcas por culpa de esto.
¿Saben qué es lo peor? Que odio la sangre y cuando sucede, parece una escena de crimen, un caos que prefiero no recordar.
Darte cuenta que tu papá, hermano y posiblemente amigo del hermano usó tu rastrillo para rasurarse
Agarrarlo y encontrar vellos de dudosa reputación en él que no pertenecen a ti es algo verdaderamente desagradable.
¡Ah y por supuesto! Como en la casa no había otro rastrillo, usaron el tuyo. Por lo tanto ahora sólo tienes como opción usarlo o seguir con piernas peludas.
Esos barros que te salen por culpa de un poro tapado
Si es que no acostumbras exfoliarte antes de rasurarte, es común que algún vello se quede atrapado y provoque esos molestos puntos rojitos o barritos.
Terminar de rasurarte y darte cuenta que el rastrillo está poquito oxidado
Cuando sucede esto, ruegas a Dios no haberte cortado ya que si no, literal sientes que por la noche moriras.
Comenzar a ver que a tan sólo un par de horas, hay algunos vellos que ya se disponen a contraatacar.
Los puedes ver asomándose de entre tus poros.
Pero bueno… todo vale la pena cuando al final pasas tus manos por las piernas y te sientes tremendamente sexy.
Esas son las cosas que a mi me suceden, pero si a ti te pasa algo más, ¡cuéntanos!