Estoy segura que si existe el infierno debe ser igual que estar en época de exámenes, con la única diferencia de que no importa si te portaste bien o mal, de todos modos acabarás haciéndolo, quieras o no.
Así que como no hay de otra, sólo me queda esperar que un alma piadosa me regale algo así para sobrellevar esta tortura.
Una cartita con una agradable y desestresante sorpresa.
Una almohada para gritar cuando ya no pueda más.
Un kit lleno de vitamina CH, osea puro chocolate.
Para descansar un poco mientras mi cerebro se fríe así mismo.
Imaginare la cara de mis profesores cada vez que la golpeé.
Un botón de alarma. Solo espero que al tocarlo venga corriendo un hombre guapísimo a abrazarme.
Ya se que terminaré dormida en el escritorio, así que mejor me preparo.
Oh por Dios, mi salvación.
Mínimo para divertirme un rato.
Si muerdes el lápiz del estrés, este te va a encantar ¡es de dulce!