Desde pequeña me he caracterizado por una cosa: No tener ni un centímetro de flexibilidad. Así que este contenido va dedicado a todas aquellas chicas que como yo, jamás han logrado tocarse la punta de los pies con las manos sin sentir que se desgarran la pierna.
Desde pequeña muchas de tus amigas presumían que podían hacer esto, pero tú sólo pensabas: “Si lo intento, en la vida volveré a caminar”.
Siempre te dio miedo intentar hacer algo similar en los juegos del parque.
Te has dado por vencida al querer imitar fotos de Pinterest.
Así te viste la primera y única vez que entraste a practicar un deporte. Por supuesto jamás regresaste.
Las única vez que lograste ser muy flexible, fue aquella cuando bebiste tanto con tus amigas que quedaste dormida en la posición más incómoda jamás antes vista.
Una de las peores cosas es cuando te da comezón en alguna parte del cuerpo y tus manos no llegan, así que sólo te queda ir corriendo con tu mamá a pedirle que te rasque.
Si tienes una amiga igual que tú, sabes que tratar de imitar estas poses puede hacerlas terminar rompiéndose una pierna o gravemente heridas.
El tipo de yoga que practicas es muy diferente al de la mayoría de la gente.
En caso de que hayas intentado ir a yoga, ésta fue tu cara cuando la maestra te pidió que hicieras una pose que sabías que no lograrías.
“Expectativas vs Realidad” de practicar pole dance y no ser flexible.
Por eso he decidido no luchar más contra mi naturaleza y quedarme a ver pasar la vida así:
¡No es cierto, no sigan mi ejemplo y pónganse a hacer ejercicio!