Hay hobbies que además de calmarte te pueden dejar dinero. Así que si lo vas a hacer por gusto, mínimo que también te dé para la papa.
1. Pintar cerámica
Nada dice “ya superé a mi ex” como una tacita con flores deformes que vendes en $250 porque es “arte terapéutico hecho con dolor”. Agarra el pincel, enciende tu playlist y haz dinero con tus crisis existenciales.
2. Figuras de porcelana
Haz novios versión miniatura, elotes llaveros, virgencitas, perritos kawaii y bebés llorones. ¿Son creepy? Tal vez. ¿La gente paga por eso? Definitivamente.
3. Atletismo: correr también paga
Si ya andas corriendo del SAT o de tus emociones, al menos entrena para carreras. Hay maratones que sí dan premios en efectivo o en especie. Y si no ganas, mínimo te pones buenísima. ¿Quién pierde aquí? NADIE!!! MUAJAJAJA
4. Tejer y bordar
Haz tops, gorros, fundas para licuadoras si quieres. Lo que importa es que hay un público nicho que AMA lo hecho a mano. Dale un nombre fancy a tu tienda y ya está.
5. Pintar cuadros aunque nadie los entienda
¿No sabes pintar? Mejor. El arte conceptual se vende más caro. Haz garabatos con historia triste, cuadros 3D todo sirve!!
6. Hacer velas aromáticas que huelan a “soy cara”
Una vela bonita, con nombres impronunciables “Cactis Sofhruve”, bien empacada y con esencia de vainilla, se puede vender al triple de lo que costó. La clave es que huela a algo que te haga sentir superior. Son baratas de hacer y caras de vender.
7. Cocinar antojitos y venderlos con empaque aesthetic
Si haces galletas, brownies, salsas o pan de elote que tumba quijadas, ¡ponte a vender! Empaca bonito, graba un reel y dile a tus vecinos ¿Quién necesita un local cuando tienes Instagram?
8. Maquillaje, uñas, pestañas, cejas… tu cara es tu CV
Si te encanta ponerte bonita, aprende a hacerlo en otras. No solo es terapia, es ingreso. Y si lo documentas en redes, chance hasta marcas te mandan kits. Del hobby al hustle, baby.
El punto es: sí se puede ser feliz… y cobrar por eso
Hazlo por ti. Hazlo porque te encanta. Pero también hazlo con visión de negocio.
Y si aún dudas… te cuento rápido: una señora empezó haciendo salsas en su casa para lidiar con la depre y ahora vende en Palacio de Hierro. Otra, de cuidar chamacos ajenos, pasó a tener SEIS escuelas bilingües. ¿Tenían varo? No. ¿Eran jóvenes? Tampoco. ¿Valientes? ¡Sí! Como tú.
Solo necesitas tres cosas: pasión, enfoque y huevos bien puestos. Hazlo mejor cada día y disfruta el proceso.
No se trata de suerte, se trata de decidir que esta vez… sí va en serio.