Cómo dejar de pensar en un hombre que no vale la pena

Sé lo que se siente traerlo todo el día en la cabeza: pesa, fastidia y encima ni lo vale. Te lo dice alguien que ya se casó tres veces con hombres que no supieron ni ser papás, confió en amigos que sólo querían cuerpo sin compromiso

 

Fui usada, traicionada y mentida como si fuera su deporte favorito. Así que si estás aquí, no estás sola… pero sí es momento de abrir los ojos y cerrar el ciclo.

 Acepta que no valía la pena, punto y se acabó

No era el amor de tu vida, era un episodio mal producido con cero presupuesto emocional y un protagonista que ni guapo estaba.

Deja de checar sus redes, no eres el FBI

Y si lo fueras, qué flojera andar investigando a un hombre que no alcanza ni pa’ villano principal.

Ocúpate, pero no te abandones

Haz tus cosas, sí, pero también ponte mascarilla, maquíllate aunque no salgas, hazte caso como lo hacías con él.

Recuerda lo mal que te hacía sentir, no la única vez que te llevó tacos

Porque a veces uno extraña hasta a quien la hizo llorar, nomás porque se rió bonito un día del periodo. Qué bajo hemos caído, hermana.

No te tragues el cuento de “es que tenía traumas”

¿Y tú qué? ¿Acaso no tenías chamba, hijos, estrés, hambre y aun así diste amor? No romantices el abandono.

Deja de contar tu historia como si fuera una novela triste

No eres la víctima eterna, eres la sobreviviente estrella. Cambia el guión: ahora tú eres la protagonista.

Mírate bien, eres una obra de arte ¿a poco te vas a seguir desperdiciando?

Porque no estás fea, ni vieja, ni rota. Estás harta, que es distinto. Y desde el hartazgo también se construye.

No fuiste tonta, fuiste profunda con quien no supo qué hacer con tanto fuego

Y eso no es tu culpa, eso es un desperdicio de parte de él.

Cambia el “por qué me hizo eso” por un “gracias por irte”

Porque si no se iba, tú seguías creyendo que eso era amor. Spoiler: no lo era.

Si te llega su recuerdo, ponlo donde va: en la lista de cosas que ya no se repiten

Como los pantalones a la cadera, los flecos emo o el tequila barato en ayunas.

No busques cerrar el ciclo con él, ciérralo contigo

Con un café, con un llanto, con una carcajada incómoda… pero ciérralo.

Él no perdió a una mujer increíble, tú dejaste de andar cargando basura emocional como si fuera oro

Y eso, mi niña, es más liberador que cualquier disculpa que nunca llegó.

RECUERDA: Si todavía te duele, no es porque él valga algo, es porque tú vales un ch1ngo y al fin estas empezando a notarlo