Amiga, no te lo tomes a mal pero… con esa blusa pareces tamal mal amarrado”.
Y tú sonriendo creyendo que eso es sinceridad.
Reina… a veces lo que creemos “crítica constructiva” es solo envidia con filtro de amistad.
Así que si tú también tienes esa “bestie” que te deja con ansiedad después de cada reunión, aquí te dejo tu señal divina para abrir los ojos y, si se puede, el bloqueo.
1. Te aplaude los logros… pero con cara de cólico
Dice “¡ay qué padre!” pero su energía grita “me está dando grima”.
Te da vibes de boomer que felicita pero no se alegra.
Una amiga real se emociona más que tú. Si no hay hype mutuo, es red flag.
2. Te corrige todo, pero NUNCA se corrige ella
Tú: “me siento insegura”.
Ella: “pues baja de peso, ¿no?”
Tú: “me gusta este vato”.
Ella: “mmm no te pela, ya supera.”
Es que ni tu mamá enojada se atreve a tanto. Corre antes de que te corrija la existencia entera.
3. Le cuentas algo bonito y te cambia de tema como si fueras playlist
“¿Me ascendieron en el trabajo!”
Y ella: “Ah sí, oye, ¿ya viste lo que dijo fulanita en Twitter?”
Spoiler: no está interesada en ti, está compitiendo contigo.
Y tú ni cuenta te habías dado, manita.
4. Te toma fotos horribles y las sube “sin querer”
Ella divina y tú pareces camarón de lo jorobada que estabas.
Y cuando le reclamas: “Ay, es que se me hizo bonita la foto en general.”
¿En general qué? ¿El paisaje? ¿La vergüenza ajena?
5. Te hace comentarios tipo “amiga, no te lo tomes personal pero…”
Y después de ese “pero”, te lanza una granada emocional.
“No te lo tomes personal pero… últimamente te ves rara.”
“No te lo tomes personal pero… tú siempre te enamoras rápido.”
¿Sabes quién más te habla así? Tu trauma.
6. Solo aparece cuando te va mal (y lo disfraza de apoyo)
Cuando estás brillando, no tiene tiempo. Pero si te deja el cucaracho, ahí está:
“Yo sabía que eso iba a pasar, pero no quise decir nada.”
Sí, reina, como buena bruja… pero no sabia, sino ardida.
7. Te hace sentir que exageras, que lloras mucho o que eres “difícil”
Te apaga emocionalmente y encima te culpa por sentir.
Y tú ahí, con el corazón como calzón para el periodo: blandito, roto y maltratado.
Las amigas reales no te hacen sentir “too much”, te abrazan por ser así.
Una amiga que te quiere, te hace sentir como champagne emocional: burbujeante, brillosa y cara.
No como sobrita de Coca sin gas y si leyendo esto pensaste en alguien…
ya sabes quién te apaga aunque te diga “te quiero, pero es que tú eres bien intensa.”
Pues sí, mi amor, intensa… pero ya no pend3j*. y la bloqueas!!