Hollywood y Disney le han hecho un dañó irreparable al amor. Las películas y los cuentos de hadas nos han hecho creer en mitos que lo único que logran es que fracasemos constantemente al intentar tener una relación. Ni todo es rosa, ni todo es negro, y ver el color intermedio es justo lo que no hemos aprendido a hacer para que nuestras relaciones puedan florecer.
Pero si ya tocaste fondo en esto del amor y de verdad quieres un cambio de actitud que atraiga a tu vida un amor sano y real, estos son los mitos del amor que debes desechar.
Mi amor lo cambiará
Si tu pareja te ha sido infiel, te ha violentado, es alcohólico, no trabaja o mil cosas más, tu amor no lo cambiará. Las decisiones que él tome en su vida son su responsabilidad y de nadie más. Así que si crees que tu amor mágico lo hará entrar en razón y se convertirá en el hombre que no es, entonces hay un problema. Si no te sientes cómoda con tu relación, ¡sal de ahí!, no tienes por qué quedarte.
El amor lo perdona todo
Pues no, las cosas no son así. No se trata de aguantar hasta que ya no puedas más siendo miserable durante el proceso. Eres libre de brindarle una segunda oportunidad a alguien que te ha decepcionado o lastimado, pero no estás obligada a hacerlo.
Los polos opuestos se atraen
La cosa más engañosa que existe en este universo. Si crees fielmente en esta frase, terminarás preguntándote “¿qué hago con este tipo?”. No se trata de que sean polos opuestos ni polos iguales pero que sí sean compatibles en los tópicos más importantes para una relación. Que tengan la misma escala de valores, la misma visión de vida, creencias religiosas, y cosas por el estilo.
Imagina que eres atea, no quieres tener hijos y amas viajar. Y terminas casándote con un hombre sumamente católico que quiere tres hijos para bautizarlos a todos y que pretende quedarse en su pueblo lo que le resta de vida. ¿Ya ves que sí tienen que ser compatibles en los aspectos que definen el camino de tu vida?
No hay amor sin sufrimiento
Y vuelve la burra al trigo. La vida en pareja no siempre es color de rosa llena de ternura, detalles, pasión y felicidad. Como todo en la vida, hay momentos duros, tristes y complejos. Pero el punto central de todo esto es que el causante del dolor en tu vida no sea tu pareja sino las circunstancias mismas de la vida. Si lloras más de lo que sonríes con él o ella, entonces no es amor.
Sólo se ama una vez en la vida
¡Ay por favor! Esas son patrañas. Durante tu vida te enamorarás mil veces y amarás otras tantas. Unos amores serán más profundos que otros pero es amor a final de cuentas.
Amar significa renunciar a la libertad
Si crees que estar en una relación te impide desarrollarte de manera individual, entonces el concepto que tienes de amor es sinónimo de esclavitud. Estar en pareja no tiene por qué acabar con tu libertad, si eso te hace sentir, lo mejor es que cortes por lo sano y vuelvas a intentarlo en otros brazos.
El amor real y sano no te pedirá que renuncies a tus sueños ni a tu individualidad. Se trata de acompañarse en el viaje aunque ambos tengan distintos paisajes.
La pasión inicial es eterna
No, la pasión inicial se llama enamoramiento. Esta va evolucionando conforme pasa el tiempo hasta que se convierte en amor, compromiso, intimidad, amistad, complicidad. La pasión se transforma, y esto es lo que provoca que muchos abandonen el barco porque creen que todo se ha acabado entre ellos, cuando en realidad lo que sigue es mucho más significativo.
Los celos son una muestra de amor
Tener celos es normal, en ciertas circunstancias y en niveles extremadamente bajos. Cuando tienes buena comunicación con tu pareja y la confianza es la base de su amor, entonces los celos ni se aparecerán. Pero si ya le perdonaste dos infidelidades, la confianza está hecha polvo y están juntos porque no creen que queda de otra, entonces los celos serán el pan de cada día y tu vida será una tortura constante.
Sólo se puede ser feliz teniendo pareja
¡Obvio no! Muchas personas creen que la felicidad es encontrar a alguien con quien casarse, tener hijos, nietos y morir. Pues no, la cosa ya no es tan lineal como antes, puedes casarte y descubrir que el matrimonio no era para ti. Tener muchas parejas y ser feliz. Ser mamá soltera y llevarla genial. Ser novios para siempre o mil combinaciones más. El punto es que encuentres lo que te gusta y lo que te hace feliz, porque si haces las cosas para complacer y quedar bien con los demás, al final llevarás tu camino al despeñadero.
Entrega todo sin esperar nada a cambio
Cosa más cursi, dramática y autodestructiva. Si estás poniendo todo de tu parte para tener una relación súper padre y la otra persona simplemente le vale un pepino y te está destrozando la vida, no te vas a quedar ahí mirando porque tú das todo sin recibir nada a cambio. Nadie en su sano juicio hace eso sin importar cuáles sean las circunstancias. Es como ir a trabajar y no esperar un salario a cambio.
Mi pareja me complementa
Para empezar no está incompleta. Partamos desde el punto de que a ti no te hace falta nada. Esto te hará más consciente de que tu propia felicidad depende de ti y de nadie más. Puede llegar una persona a aportar cosas a tu vida pero no a darte lo que te hace falta.
Nuestro amor debe dar frutos
Desde que somos pequeñas se nos enseña que en la vida una se tiene que casar y tener hijos. No nos dan más opciones, más caminos. Vivir en pareja no necesariamente tiene que terminar en matrimonio o en hijos. Pueden vivir juntos y sin bebés igual de felices. Puedes vivir sola el resto de tus días y ser extremadamente feliz. No eres mejor o pero persona por decidir qué hacer con tu vida y cómo vivirla.
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