¿Todavía conviene ser streamer?

Antes ser streamer era prender la cámara, hablar solo y ya: éxito.

Ahora necesitas luces, personalidad, carisma, edición, una crisis existencial… y que tu mamá no entre gritando a mitad del stream.

1. Ya no es novedad

Todo el mundo streamea. Tu ex, tu prima, tu perro.
¿La diferencia? Algunos lo hacen bien, tú aún no sabes ni qué botón es para mutear.

2. Ya no es fácil

Hay millones queriendo ser famosos por jugar mal y gritar fuerte.
La fama no es gratis. El algoritmo tampoco.

3. ¿Entonces vale la pena?

Sí. Si no te importa fracasar 200 veces.
Si tienes más paciencia que seguidores.
Si puedes hablar solo como loco con estilo.
Y si estás dispuesto a que te vean 3 personas (una eres tú, la otra tu mamá, y la tercera es un bot ruso).

Todavía conviene pero no por likes, ni por dinero rápido.
Conviene si tienes algo que decir, algo que mostrar o mínimo una personalidad que no se consiga en Shein.