La visita de los Reyes era algo tan mágico y especial, que cuando crecemos terminamos olvidando lo bien que se sentía pedir algo y que se cumpliera. Desafortunadamente, cuando crecemos dejamos de portarnos bien y los Reyes ni se detienen, pero tienes otro año para portarte bien y pedir lo siguiente.
Un conjunto completo para invierno
Ya sabes, desde la ropa y zapatos, hasta los accesorios que llevamos puestos.
Un espejo inmenso
Para arreglarte por las mañanas. Este año me propuse comprar especial para maquillaje ¿Sabes cuánto cuestan? ¡Un montón! ¡Necesito! ¡Quiero!
Joyería de verdad
Nada de metal tipo imitación que se oxida, mancha tu piel de verdad o hasta lastima tus orificios ¡Joyería cara!
Dos juegos de brochas
Las maquilladas y lavadas, tarde o temprano deforma las brochas o las deshacen. Yo pediría dos juegos de brochas, las de casa y las que llevo conmigo.
Unas pantuflas cómodas y lindas
A pesar de haber hecho intercambio de pantuflas ¡Te dan las que se adaptan al presupuesto!
Una taza
Que en verdad te agrade. Una taza que sí quieras usar diario y adores mucho. Que se adapte a tu personalidad y no termine en la alacena junto al resto.
El regalo que siempre quisiste de pequeña
No vendría mal esa magia anhelante de navidad, cuando pediste una Barbie cascanueces, Micro-hornito o unos lentes Sailor Moon.
Un conjunto de ropa interior
Ya sabes… para portarte mal ¡Jijijijiji! Obvio ni Santa Claus te lo traería, pero no estaría mal.
Dulces navideños
Nada como comer esos dulces únicos de temporada, que quizá tú sola puedes comprarte, pero por la cuesta de enero, lo dudo mucho.
Un buen novio
¿Por qué no? Si lo que necesitas es un milagro, nadie como los Reyes Magos y su magia.