Lo bello de la Navidad, al menos para mí, es que no tienes que seguir ningún lineamiento, no es que tengas que usar colores o formas específicas, y esto le da rienda suelta a tu creatividad si así lo deseas. Por ejemplo, puedes tener una blanca Navidad o una Navidad muy rosa o de cualquier color que se te ocurra o te guste.
Pero hoy nos enfocaremos en tener una Navidad muy pinky, y por eso te traigo ideas de cómo es que puedes lograrlo fácilmente.
Un buen moño rosa en lugar del típico rojo.
El look para estar en mood es importantísimo.
Un árbol muy coquette.
Si no consigues adornos o árbol rosa, ¡hazlo tú misma!
Unas series de luces grandotas hechas con globos y vasos.
Las velas son importantes para crear el ambiente.
Una corona bien vistosa.
O pachona.
Y por supuesto las esferas deben ir de ese color.
Tu taza de temporada.
Un tapete de pared bien festivo.
Las envolturas también en las mismas tonalidades.
Y las botas ni se diga.
Cada rincón que quede bien pinky.