Cómo despertar sin que te cueste tanto

Le picas 17 veces al botón de “cinco minutos más”. Ya ni suena como alarma, suena como burla. Te despiertas cansada, de malas y preguntándote por qué no naciste millonaria.

Tranqui, aquí van formas reales (y cero mágicas) de despertar sin sufrir.

1. Pon la alarma LEJOS de la cama

O la apagas dormida. Que te obligue a levantarte, caminar, tropezarte con tus traumas y prender la luz. El cuerpo ya no vuelve a acostarse… con suerte.

2. No despiertes en silencio

Pon una alarma que te haga bailar o pelear. Tipo reguetón viejo, frases motivadoras o tu ex diciendo “no eras tú, era yo”. Algo que active la rabia o la dopamina.

3. Haz algo placentero al despertar

Un café delicioso, tu playlist favorita, una rutina de skincare express… dale al cerebro una razón para no deprimirse al abrir los ojos.

4. Duerme con sentido (no solo por cansancio)

No te duermas viendo TikTok hasta que el celular se te caiga en la cara. Haz rituales que preparen tu cerebro para dormir: música suave, cero pantallas, pensamientos amables (o chismes pendientes).

5. Deja la ropa lista la noche anterior

Evita que tu primer decisión del día sea: “¿me pongo esto y odio mi vida o esto otro y también la odio?”. Ten algo bonito listo y te levantas con propósito, no con pereza.

6. Despierta a la misma hora aunque odies la vida

Tu cuerpo se acostumbra. Cuesta una semana, pero luego ya ni necesitas alarma. Y no, no es brujería, es ciencia y rutina.

7. Toma agua apenas abras el ojo

Tu cuerpo está deshidratado, por eso sientes que tienes cemento en los párpados. Un vaso de agua te reanima como si te hubieran puesto “perreo intenso” a todo volumen.

8. Hazlo por ti (no por la sociedad)

Despierta porque quieres vivir tu vida, no solo sobrevivirla. Porque mereces una mañana sin odio y un día que te dé gusto. Aunque empiece con pelos parados y ojeras.

Despertar no debería doler. Pero si duele, mínimo que valga la pena, así que ponle música, perfume, intención y un desayuno que grite: “Hoy también mereces estar viva, aunque no hayas dormido como princesa”.