Seguro que has escuchado que bañarte con agua caliente es malo y que es mejor una ducha de agua fría. Pero como todo en la vida, nada es totalmente blanco ni totalmente negro. Los matices existen le guste a quien le guste. Y es lo mismo para esta disyuntiva.
Ducharse con agua fría tiene sus beneficios pero también la ducha con agua calientita. Mi recomendación es que las mezcles. Por ejemplo, te bañas con agua caliente y al finalizar, pasas de 20 a 30 segundos bajo el chorro de agua fría y así obtienes ambos beneficios.
Fría (es mejor por la mañana)
Reafirma la piel
Despeja la mente
Estimula las defensas
Acelera el metabolismo
Evita la caída del cabello
Aumenta la concentración y el enfoque
Combate el estrés
Da energía
Estimula la circulación y la desintoxicación
Estimula las hormonas de la felicidad y el bienestar
Caliente (es mejor por la noche)
Alivia la migraña
Relaja los músculos
Disminuye la tensión
Mejora la función cardiaca
Abre los poros y limpia la piel
Reduce la ansiedad
Remueve toxinas
Descongestiona las fosas nasales
Alivia la tos
Mejora la circulación sanguínea
Promueve un mejor descanso por la noche