Desde que era pequeña mis padres me educaron de una manera muy “recta”. Esto provocó que hoy, a mis 21 años, sea una chica con muchos tabúes e inseguridades.
Quiero abrirme con ustedes y contarles en 9 puntos cómo es mi vida y qué pasa por mi cabeza cuando se presentan situaciones que incomodan. Posiblemente yo he aprendido a vivir con estos “traumas”, pero bueno, en la actualidad estoy trabajando para poder preocuparme menos y así estar más relajada.
Si has pasado por algo similar te vas a identificar.
No puedes bañarte ni cambiarte en los vestidores de los gimnasios.
Pensar que otras mujeres me van a ver el cuerpo o el miedo a que me “critiquen” me incomoda demasiado.
Aunque tengas ganas, evitas tener intimidad con un chico para que no te vea desnuda.
Así de simple, lo confieso.
Bailar “pegao” da muchísima pena.
Ir a un antro es divertido siempre y cuando un chico no se te acerque por atrás a bailar. No importa que esté una canción de Nicky Jam y sea “sexy”, tú haces lo posible para bailar de lejitos.
Ir de vacaciones a la playa realmente es una agonía.
Papás: Hija, nos vamos de vacaciones a la playa.
Tú: Uyy… No saben qué emocionada estoy. (sarcasmo)
La mayoría de nuestras prendas son jeans y playeras.
Jamás en tu vida pasa la idea de usar un escote con zapatos de tacón y minifalda. De hecho sientes que eso no se te verá bien.
Tener cita con el ginecólogo es como si tuviéramos cita con el mismo Lucifer.
Tan sólo imaginar estar sentada en esa terrible silla y que alguien más esté viendo tus partes íntimas, es terrible.
No nos atrevemos o nos da mucha vergüenza ir al baño o echarnos un gas enfrente de nuestra mejor amiga.
Veo que muchas chicas son así con sus mejores amigas, yo por más que quiera no puedo.
Nos cuesta muchísimo trabajo hablar de temas relacionados con el sexo.
Obviamente nos interesan estos temas y debido a que no hemos experimentado mucho (o nunca), cada vez surgen más dudas. Lo malo es que por alguna razón a veces nos quedamos con estas dudas por la pena a tener este tipo de pláticas.
El momento más incómodo del mundo es cuando pasan una escena “subida de tono” en la TV y tus papás están contigo en ese momento.
Bueno, creo que esto nos ha sucedido a todos en algún momento de la vida, así que no me sentiré mal por esto.
Pedir “protección” en la farmacia es casi un reto.
Sé que no tendría por qué, pero me da muchísima pena y aún más si hay personas alrededor que me puedan escuchar.