5 Historias cortas de terror que te paralizarán de por vida

Aunque nos paralizamos, sudemos frío y no podamos dormir por semanas enteras, los seres humanos tenemos una terrible obsesión por las historias de terror, así que si necesitas una dosis aterradora de adrenalina estas 5 espeluznantes historias son para ti.

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1. Un hombre llega la recepción de un hotel y una mujer le da la llave de su habitación. Ella le comenta que en el mismo pasillo hay una puerta cerrada sin número, y le pide que no toque ni mire por el cerrojo bajo ninguna circunstancia.  El hombre siguió las instrucciones de la mujer, fue derecho a su habitación y se acostó a dormir.

Pero la siguiente noche fue diferente, su curiosidad pudo más y aquel hombre se agachó para mirar por el agujero de la llave. Sintió aire frío en su ojo, vio una habitación como la suya y en la esquina había una mujer cuya piel era completamente blanca y recostando su cabeza contra la pared, daba la espalda a la puerta. El hombre se quedó quieto en confusión por un rato, después casi golpea la puerta por curiosidad, pero decidió no hacerlo. Esta decisión le salvó la vida.

Al día siguiente regresó a la puerta y volvió a mirar por el cerrojo. Esta vez, todo lo que vio fue color rojo, nada más que rojo, a donde quiera que miraba solo veía rojo. Entonces decidió consultar a la mujer de la recepción para obtener más información, ella suspiró y le preguntó: “¿miraste por el cerrojo?” el hombre le dijo que sí lo había hecho, y ella respondió: “entonces tengo que contarte la historia. Hace mucho tiempo un hombre mató a su mujer en esa habitación, y su fantasma todavía sigue ahí. Pero estas personas no eran ordinarias, eran de piel blanca, pero sus ojos eran completamente rojos”.

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2. Un hombre pasó el día explorando un bosque en el que nunca había estado antes. Estaba anocheciendo y su sentido de orientación ya no funcionaba bien, mientras seguía adentrándose más y más en el bosque. Tras horas de andar vagando sin rumbo fijo y con la noche encima de él, encontró una cabaña entre varios árboles. Se dirigió a la cabaña para ver si alguien podía ayudarlo, golpeó la puerta pero no hubo respuesta, estaba abierta así que decidió entrar.

No había mucho adentro, solamente una cama, y sientiendose cansado pensó que lo mejor sería dormir y si alguien venía le explicaría su historia. Mientras intentaba dormir, notó muchas pinturas extrañas en el interior de la cabaña de rostros deformados con ojos rojos y todos parecían estar mirándole. Sintiéndose incomodo trató de ignorarlos, cerró los ojos y se durmió. En la mañana el aventurero despertó aterrorizado al darse cuenta que no había pinturas en la cabaña, solo ventanas.

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3. Es de noche, estas en tu habitación y tu madre te grita desde el piso de abajo para que bajes, cuando estas por bajar las escaleras escuchas la voz de tu madre, que proviene de su habitación diciendo: !no bajes, yo también lo escuche!

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4. ¿Alguna vez viste alguno de esos videos donde te piden que mires algo especifico, y al final te revelan que mientras estabas mirando, algo grande se movió alrededor tuyo a plena vista y no te diste cuenta? Asusta cuando esto pasa, por ejemplo, ahora me acabo de mover desde el pasillo hasta tu habitación mientras leías esto.

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5. Cuando tenía 6 o 7 años, estaba acostado en mi cama en nuestro apartamento de una sola habitación, mi mamá estaba en el baño, mi hermanita dormía al lado mío, y mi papá se había ido a trabajar por la noche. Desde donde dormía tenía una vista completa de la cocina, entonces vi una figura negra con forma de hombre sentada en la mesa saludándome. Sé que no era mi papá porque me saludó por un buen tiempo y esta figura no emitía ningún ruido. Me di la vuelta y me tapé con mi sábana, quería saber si no era una ilusión, mi curiosidad fue demasiado fuerte y tuve que mirar otra vez, ahí estaba en la misma posición, mirando hacia donde yo estaba, saludando. Corrí al baño y me encerré ahí con mi mamá. Desde esa vez generalmente a las 7:30 o 8 de la mañana oía golpear una taza sobre la mesa de la cocina. Pensé que me estaba volviendo loco, hasta que conversé con mis padres sobre ello hace pocos años, solo para que me dijeran: “¿tu también escuchabas eso?”

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