Hoy queridas eslamoditas vengo a confesarles algo que no me había atrevido a contarle a nadie y que creo ayudará a muchas de ustedes que también han guardado este secreto.
¡Soy adicta a Internet!… vaya que se siente bien decirlo. No concibo mi día sin salir a la calle con mi celular, de hecho no me puedo imaginar unas vacaciones sin tener acceso a Internet el cual me sirva mínimo para subir mis fotos a Instagram.
Por eso, si crees que también perteneces al club de fans de Internet, con un poco humor te diremos algunas claras señales que podrían indicar tu adicción a él.
Cuando llegas a un lugar nuevo lo primero que preguntas es la clave del Wi-Fi.
La vergüenza ya no es parte de ti y si al igual que yo en vez de que primero saludes a esa tía a la cual hace 8 años no ves, le pides la clave del wi-fi de su casa, ¡sabrás que el Internet es algo realmente importante en tu vida!
Te la pasas mandando mensajes a famosos esperando respuesta.
Has mandado tantos mensajes a tus artistas favoritos que ya varios te han dado like o te han contestado. Obviamente estas experiencias han conmocionado tanto tu mundo que estás casi segura de que eso también cuenta para ponerlo en el CV que llevarás cuando busques un empleo.
Tienes cuenta en todas las redes sociales.
Más tarda en salir una nueva red social que en lo que tu tardas en hacer una cuenta en ella. Todas las actualizas a diario y jamás confundes ni olvidas las contraseñas.
Es común que tu madre te diga a diario la frase: “Ojalá así de ordenada tuvieras tu habitación”.
Tus pulgares tienen doctorado en escritura.
Tus pulgares definitivamente ya no son normales y han aprendido a moverse con una agilidad casi sobrehumana. De hecho, has llegado a pensar que podrían estar desarrollando inteligencia propia ya que aunque tu smartphone tenga teclado touch, jamás te equivocas en las palabras que escribes.
Has desarrollado habilidades para caminar sin ver por donde vas.
Nadie te cree, pero has desarrollado un instinto que te permite caminar de manera segura sin la necesidad de estar volteando para ver por donde vas a cada minuto. Eres casi como un murciélago que se guía por sonidos porque ya no te caes ni chocas contra nada ni nadie.
Cada vez que se cae Facebook comienzas a sudar frío.
Cuando entras y ves que Facebook no está disponible, comienzas a sudar frío. La preocupación te invade y hasta el hambre se te va.
¡Pero lo peor viene cuando se cae más de una vez en un mes! Tu mente comienza a creer que ahora sí el fin del mundo está a la vuelta de la esquina y por más que lo intentes no logras dormir por el estrés que te causa pensar en todo lo que podrías perder (fotos, memes, amigos, etc…) si ya no consigues entrar nunca jamás.
Tienes más followers que amigos reales.
Las personas reales ya han pasado para ti a segundo plano y hoy en día uno de los principales objetivos es conseguir la mayor cantidad de followers posibles en todas tus redes sociales, no importa que no sepas ni quienes son.
¡Mientras más tengas, mejor!
Tú día es bueno o malo dependiendo de los likes que tengan tus publicaciones.
Tu día comienza con una foto o un saludo mañanero para todos tus amigos en cada una de tus redes sociales. Si recibes muchos likes y comentarios tu día se transforma automáticamente en uno igual al que tendría Blanca Nieves donde los pájaros trinan de felicidad todo el día.
Por el otro lado, si no consigues mucha atención, ¡qué se cuiden todos! ya que tu lado malvado podría salir a la luz y será mejor que nadie te dirija la palabra o podrías convertirte en la peor villana que el mundo haya visto.
Puedes resumir todos tus pensamientos en los 140 caracteres que te da Twitter.
Tu cerebro se ha acostumbrado a expresar todos sus pensamientos, emociones y sentimientos en 140 caracteres o menos. A veces te sorprende lo precisa que puedes llegar a ser, posiblemente y sin darte cuenta ya hasta lo que sale de tu boca platicando con tus amigas tiene la misma cantidad de letras.
Les mandas mensajes a tus papás o novio por Whatsapp aunque estén en la misma casa.
Si le has mandado un mensaje a tu novio de este estilo:
“Oye amor, te parece bien si vamos al cine”
¡Felicidades! Te has graduado como Una Adicta a Internet | Nivel: Profesional.
Ser adicta a Internet no es tan malo como muchas personas piensan.
Nos tocó vivir en esta época y simplemente estamos tratando de adaptarnos a ella y si algo tengo seguro es que nuestra vida ya no sería la misma sin él, así que a disfrutar y a verle el lado divertido.